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Los botes de aerosol están hechos con mezcla de materiales imposibles de reciclar y rellenar, siendo, por tanto, envases poco económicos. El peligro de los clorofluorocarbonos (CFC’s) es bien conocido gracias a la presión que los ecologistas han ejercido sobre los fabricantes para que dejen de fabricar los gases CFC’s que destruyen la capa de ozono.

Cuando en los años cuarenta aparecieron los primeros aerosoles, fueron acogidos como un invento maravilloso, de tal manera que hasta se intentó vender whisky en aerosol. En 1987, en el Reino Unido se fabricaban 800 millones al año, con un 80% de contenido de CFC. Aunque, en la actualidad, la mayoría no contienen CFC, la mejor alternativa son los envases de plástico PET, que son reciclables y rellenables y que ahora se están probando en el Reino Unido. Esto se podría combinar con los pulverizadores y fomentar así una alternativa segura para la mayoría de los usos comerciales.

REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR

Evite comprar aerosoles – incluso aquellos que lleven la etiqueta «no daña la capa de ozono» y considere hasta que punto necesita realmente el producto. A través de diferentes test se ha demostrado que los ambientadores de aroma de limón utilizados en muchos hogares, pueden provocar cáncer en los animales. En vez de usar estos aerosoles, abra las ventanas y utilice sustancias naturales como las esencias de aceites o las flores secas perfumadas. Compre los productos capilares en botes rellenables, los sprays de bomba manual, los desodorantes en barra y los limpiadores de casa en latas. No arroje los aerosoles al fuego porque explotan.

Cómo hacer un popurrí de flores perfumadas

– Extender un trozo de muselina sobre un armazón (por ejemplo, un viejo marco de cuadro).

– Secar las flore en capas, separándolas, según los tipos, en un lugar templado sin exposición directa al sol. Rosas, lavanda, claveles, camomila y heliotropo son una buena combinación.

– Cuando crujan, poner las flores en tarros con tapas que ajusten bien, manteniendo separados los diferentes tipos. Sobre cada capa (de unos 2,5 cm de grosor) echar media cucharadita de sal gorda o gel de sílice, e incluso arena de playa seca. Cerrar bien las tapas y almacenar en un lugar oscuro durante tres semanas.

– Volcar dentro de un cuenco y añadir especias. Remover con cuidado y añadir unas gotas de aceite perfumado.