Anuncios
Anuncios
Anuncios

Actualizaciones de febrero, 2019 Mostrar/Ocultar Comentarios | Atajos de teclado

  • Imagen de perfil de Noticias 24 horas

    Noticias 24 horas Publicado a las 20:06 el 10 de February del 2019  

    Adaptación en marcha: Capítulo 5: Diseño institucional 

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    INDICE y PRESENTACIÓN

    Diseño Institucional

    En este informe, nos centramos en la toma de decisiones en cuanto al cambio climático a escala nacional. Sin embargo, los esfuerzos de las instituciones de los gobiernos centrales encargadas de la planificación y creación de políticas para la adaptación también deben proporcionar información y estar estrechamente relacionados con los esfuerzos realizados por las autoridades de las provincias (o estados) y distritos (o localidades), para posibilitar el desarrollo de unas acciones reales y apropiadas para combatir el cambio climático a escala local.

    Mediante la creación de ambientes propicios para la acción a escala local, las instituciones nacionales juegan un papel importante en la conformación de los resultados sobre el terreno. Del mismo modo, los gobiernos nacionales también tienen un papel importante que desempeñar en la financiación y creación de políticas de adaptación a escala regional e internacional, a través de la negociación y creación de foros tales como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

    Los riesgos que presenta el cambio climático pueden minar el futuro desarrollo de los países más pobres del mundo. Sin embargo, esta urgencia no se refleja todavía en los arreglos institucionales de muchos gobiernos de los países en vías de desarrollo. En estos países en especial, existe una necesidad vital de integrar los riesgos del cambio climático en las estrategias de desarrollo económico y reducción de la pobreza. En la actualidad, los gobiernos a menudo consideran la preparación para los riesgos e impactos del cambio climático como una parte más de las políticas medioambientales, o abordan la adaptación con el único fin de servir a un proyecto, sin apenas coordinación entre los ministerios.

    En este capítulo, nos centramos en cómo se pueden diseñar o modificar específicamente las instituciones para que sean útiles en la toma de decisiones de adaptación. Con este fin, definimos detalladamente las instituciones y nos limitamos a hablar de las organizaciones gubernamentales, tales como ministerios sectoriales e intersectoriales, legislaturas, gabinetes nacionales y ayuntamientos locales.

    Las instituciones gubernamentales más importantes para la adaptación climática incluyen los ministerios de desarrollo económico y finanzas; los ministerios sectoriales, como los que se encargan del medioambiente, el agua, la energía, la agricultura y el transporte; y los organismos más específicos, tales como las instituciones relativas a la meteorología y al alivio de los desastres. En los mejores casos, los organismos nacionales de coordinación del cambio climático también juegan un papel importante, pero, hasta la fecha hay pocos países que cuenten con ellos.1

    La manera en la que están diseñadas las instituciones puede determinar no sólo el tipo de acciones de adaptación que se lleven a cabo sino también su efectividad sobre el terreno.2 Tal y como se muestra en este capítulo, ciertos arreglos institucionales pueden facilitar el desarrollo y el uso de planes y políticas ágiles, preventivas, sólidas, flexibles y duraderas que se necesitan para una toma de decisiones efectiva en cuanto al cambio climático. Por otro lado, unos arreglos institucionales insuficientes, o que no dispongan de la capacidad necesaria, pueden crear obstáculos para los esfuerzos destinados a aumentar la resiliencia.

    LA IMPORTANCIA DEL DISEÑO INSTITUCIONAL EN EL CAMBIO CLIMÁTICO

    Cada uno de los tres tipos de cambio climático que se destacan en este reportaje (véase el Capítulo 2) necesitan ser gestionados por capacidades institucionales específicamente diseñadas para ello. Los gobiernos deberían tener en cuenta los siguientes factores a la hora de crear o reformar instituciones para combatir los riesgos climáticos:

    Los fenómenos extremos requerirán instituciones receptivas y ágiles que puedan desempeñar una gran variedad de funciones, tanto de reducción de riesgos como de respuesta a los desastres.3 Estas instituciones también deberán ser capaces de recopilar y distribuir información en el momento oportuno, tanto antes como justamente después de que tenga lugar un desastre, así como de movilizar los recursos y promover el suministro de servicios a las áreas afectadas.4 Estos organismos también jugarán un papel crucial a la hora de crear medidas de reducción de riesgos en las comunidades, como por ejemplo, mapas de riesgos que identifiquen las zonas locales y regionales expuestas a los riesgos climáticos y que aporten información a las acciones emprendidas por las autoridades locales (véase también el Capítulo 6).

    La variabilidad intensificada, como por ejemplo, la alteración de los patrones de precipitación, requerirá una toma de decisiones flexible para prever y responder a la evolución de los cambios climáticos sobre el terreno e implementar acciones en consecuencia. Se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre las características que hacen que un arreglo institucional sea adaptativo (véase el Cuadro 5.2). En este informe se describen algunas lecciones complementarias que han surgido de esta investigación y que pueden servir de guía a los gobiernos.

    Los cambios a largo plazo requerirán instituciones que puedan ofrecer un apoyo duradero a las actividades, pero que al mismo tiempo sean los suficientemente flexibles para acomodar las nuevas prioridades e informaciones que vayan surgiendo.

    El hecho de que las instituciones dispongan de una buena coordinación, poder de liderazgo y capacidades de actuación será de vital importancia para combatir los riesgos que presenta el cambio climático. Tales instituciones estarán mejor posicionadas para promover la acción a escala local y mejorar los resultados sobre el terreno. A continuación se exploran las formas específicas en que se pueden diseñar las instituciones para coordinar los diferentes niveles y sectores del gobierno, promover el liderazgo, planificar y responder a una gran variedad de riesgos climáticos, y proporcionar información relevante para las decisiones (véase el Cuadro 5.3). Es importante tener en cuenta que el diseño institucional debe ir de la mano de un desarrollo adecuado de las capacidades del personal, para que las instituciones puedan llevar a cabo sus tareas previstas.

    DISEÑO INSTITUCIONAL PARA UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ

    Mejorar la coordinación

    Una buena coordinación entre los diferentes organismos, niveles del gobierno (local, subnacional, nacional, regional e internacional) y grupos de interés es esencial. Esto incluye a la sociedad civil, las comunidades científicas y académicas, el sector privado y las comunidades afectadas. Para que sea posible, será necesario compartir la información entre todos aquellos que participen en los procesos de toma de decisiones para que cada funcionario reconozca la relevancia e importancia de combatir los riesgos climáticos.

    Una coordinación eficaz ayudará a garantizar la incorporación de los riesgos climáticos a las prácticas en curso, tales como los procesos de presupuestación, los planes de desarrollo y las políticas y planes sectoriales.

    Una coordinación eficaz también puede crear una comisión para acordar las prioridades entre los órganos de decisión más importantes, como por ejemplo los ministerios sectoriales, los de desarrollo económico y los de medioambiente. Los arreglos institucionales que posibiliten la coordinación pueden aportar múltiples beneficios, ayudando a gestionar los conflictos y las decisiones difíciles, previniendo la duplicación y evitando lagunas en las acciones, que podrían tener consecuencias nefastas para las poblaciones y sectores en riesgo. Esto, a su vez, resultaría en una mejora de la eficacia y la resolución de problemas, dos factores muy importantes para los países con pocos recursos. Esta estrategia también puede ayudar a garantizar la coherencia política entre los niveles del gobierno y los organismos, promover la innovación y mejorar la resolución de problemas.

    Coordinación entre los organismos

    La coordinación entre los organismos de los gobiernos nacionales también será esencial para una toma de decisiones eficaz, dadas las dimensiones intersectoriales de las necesidades de adaptación. Por ejemplo, los cambios en los patrones de precipitación pueden afectar tanto a las políticas agrícolas como a la planificación hidroeléctrica. Sin embargo, estos arreglos tardan mucho en materializarse.

    Una encuesta realizada por el PNUD en 2010 en 45 países revela que sólo el 46% tenía comités o consejos interministeriales para gestionar los asuntos relacionados con el clima. El 52% de estos comités estaban por debajo del Ministerio de Medioambiente, el 42% estaban por debajo del presidente o primer ministro, y el 5% estaba por debajo del Ministerio de Planificación y Desarrollo. En general, muchos de ellos carecían de apoyo político por parte de los niveles más altos del gobierno.7 Bo Lim y Jennifer Baumwoll, miembros del PNUD, destacan esta falta de apoyo, y sostienen que “El cambio organizacional tendrá lugar cuando las instituciones reconozcan que las unidades de medioambiente son de mayor utilidad si trabajan conjuntamente con otras unidades, que cuentan normalmente con más capacidad y experiencia respecto a los sistemas sociales. Actuar independientemente no es una opción si queremos que las grandes inversiones que se hagan en el futuro para combatir el cambio climático no corran el riesgo de fragmentarse o que los esfuerzos se hagan por duplicado.”8

    La coordinación entre los organismos puede reforzar la alineación entre los objetivos políticos y las iniciativas y evitar que los ministerios se contradigan entre sí. Esto puede suponer una gran diferencia en los resultados sobre el terreno, tal y como muestran los esfuerzos por implementar medidas para restaurar los humedales de Rugezi en Ruanda y aumentar la producción de electricidad tras un largo periodo de sequía. Dado que el drenaje de los humedales fue la piedra angular de la política agrícola del país (véase también el estudio de caso de Ruanda, p.84), esta prioridad interfirió con la adopción de políticas de gestión y uso de la tierra para proteger los humedales.9

    Dos países del África subsahariana han tomado diferentes estrategias para coordinar sus esfuerzos tempranos de preparación para los impactos del cambio climático. El gobierno de Malawi cuenta con el Programa Nacional para el Cambio Climático dentro del Ministerio de Desarrollo, Planificación y Cooperación, uno de los ministerios más importantes del gobierno nacional. El Programa de Adaptación de África (AAP) del PNUD está coordinado con este esfuerzo nacional, y lo complementa, especialmente mediante el apoyo a la capacidad de desarrollo y a la gestión de la información respecto al cambio climático. Con esta estructura, el Ministerio de Desarrollo, Planificación y Cooperación coordina las actividades relacionadas con el cambio climático que se desarrollan en el país y refuerza la integración de la gestión del cambio climático en otros sectores, con la colaboración de departamentos técnicos y ministerios (el Ministerio de Recursos Naturales, Medioambiente y Energía, entre otros). Para garantizar la integración y concienciación multisectorial, todos los asuntos relacionados con las políticas y los presupuestos son supervisados por la Comisión Nacional para el Control del Cambio Climático, compuesta por altos cargos de los ministerios sectoriales más relevantes y presidido por el Ministerio de Desarrollo, Planificación y Cooperación. Los socios para el desarrollo participan mediante el Grupo Nacional de Trabajo para el Cambio Climático, presidido conjuntamente por el Ministerio de Desarrollo, Planificación y Cooperación y el Coordinador Residente de las Naciones Unidas.

    En Burkina Faso, se ha creado una secretaría permanente en el Consejo Nacional de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Esta secretaría se encarga de coordinar la implementación de los proyectos de adaptación al cambio climático. Sin embargo, los proyectos intersectoriales y multisectoriales todavía están supervisados por el Ministerio de Medio Ambiente.10

    La coordinación de las actividades de adaptación y reducción de riesgos también es de vital importancia. Las instituciones encargadas de combatir el cambio climático suelen estar asociadas con los ministerios de medio ambiente o los servicios meteorológicos nacionales.11 Estas instituciones, allí donde existen, suelen estar desvinculadas de las plataformas nacionales para la gestión del riesgo de desastres, así como de las políticas de desarrollo.

    Los esfuerzos de los gobiernos por coordinar la reducción del riesgo de desastres mediante la planificación sectorial y nacional pueden ser útiles para superar este obstáculo. En Bangladesh, por ejemplo, la implementación durante la última década del Programa de Gestión Integral de Desastres ha facilitado la incorporación de la reducción del riesgo de desastres tanto a la estrategia nacional de reducción de la pobreza como al proceso de planificación del desarrollo. Además, el Ministerio de Alimentos y Gestión de Catástrofes se encargó de integrar la gestión de desastres en las actividades de otros ministerios del gobierno.12 En la misma línea, el gobierno de Sudáfrica, en respuesta a las devastadoras inundaciones de 1994, aprobó la Ley de Gestión de Desastres, la cual creó una comisión para integrar la reducción del riesgo de desastres en las estrategias sectoriales.13

    Coordinación entre los niveles del gobierno

    Dado el gran impacto geográfico que tiene el cambio climático, también será necesaria una buena coordinación entre los diferentes niveles del gobierno. En muchos casos, los gobiernos nacionales también tendrán que apoyar a los gobiernos locales y crear unas condiciones propicias para que estos puedan construir la capacidad necesaria para hacer frente a los desafíos que presenta el cambio climático. Por ejemplo, responder a fenómenos extremos requerirá una estrecha colaboración entre los gobiernos locales y nacionales para ayudar a los afectados.14 A continuación se resumen algunos ejemplos de esta coordinación, que se encuentran descritos más detalladamente en los estudios de caso de este informe.

    En Bangladesh, la cooperación con los gobiernos subnacionales fue crucial para el desarrollo de las innovadoras actividades para la gestión de desastres que se han realizado a escala nacional. En la actualidad, más de 75 organismos subnacionales forman parte de una red nacional que se inició de forma experimental en siete distritos hace ya una década.15

    En Namibia, los Foros para la Gestión Integrada de Recursos (FIRMs), que comenzaron como una estrategia pionera, permitieron que los grupos locales se encargaran de las decisiones vitales para su subsistencia mediante la creación de un intercambio de información bidireccional con los funcionarios del gobierno encargados de la agricultura. En las reuniones de estos foros, que se celebraban mensual o trimestralmente, las organizaciones de las comunidades compartían los resultados de los programas de seguimiento que se llevaban a cabo localmente para vigilar el estado de los cultivos y la salud del ganado, mientras que los representantes del gobierno aportaban información sobre las políticas agrícolas del gobierno y otros programas. De estas reuniones también pueden surgir líneas comunes de acción, tales como la adopción del pastoreo comunal para hacer frente a la escasez de pastizales, aunque es la comunidad local la que toma las decisiones finales.

    En Borneo Central (Indonesia), la coordinación del gobierno nacional con los gobiernos provinciales y locales fue crucial para el éxito de un sistema de alerta para los incendios en turberas, que se agravaban por El Niño, que consiguió mejorar la gestión de las quemas controladas. Las decisiones se tomaban a escala local pero se implementaban en los distritos y aldeas que disponían de más información sobre las condiciones locales.

    De hecho, un elemento clave para que los encargados tomar las decisiones en los gobiernos aceptaran este programa fue la determinación de las funciones y responsabilidades que debía asumir cada nivel del gobierno.16

    FORTALECIMIENTO DEL LIDERAZGO

    La decisión de qué organismos del gobierno y qué líderes individuales dirigen y coordinan las actividades de adaptación puede tener un gran impacto en los resultados.17 Si el poder de coordinación reside en el Ministerio de Medio Ambiente, y no en la oficina del primer ministro o presidente o en un departamento que tenga grandes responsabilidades nacionales relativas al desarrollo y otros objetivos, los resultados pueden ser insuficientes.18

    Por el contrario, un respaldo por parte de los altos cargos y las comisiones del gobierno puede unificar la acción, encargar a los organismos y los gobiernos subnacionales la integración de los riesgos en las prácticas y crear estructuras que permitan una colaboración y una coherencia entre los esfuerzos del gobierno.19 Un líder fuerte puede no sólo determinar el alcance de las políticas y las actividades de planificación, sino también mantener el dinamismo y la calidad.20

    Integración de las responsabilidades en las principales instituciones

    Los organismos que establecen las prioridades a escala nacional, como los consejos directivos o los ministerios de finanzas o planificación, no suelen estar involucrados en los esfuerzos de adaptación. Sin embargo, su participación puede ser fundamental para obtener la autoridad y legitimidad para dirigir las actividades de adaptación durante largos periodos de tiempo. China ofrece dos claros ejemplos, cada uno de ellos detalladamente explicado en un estudio de caso de este informe. El primer estudio muestra las medidas para la gestión de las crecidas del río Yangtsé, que incluyeron la reubicación de más de dos millones de personas y que fueron dirigidas por el Consejo Estatal de China a través de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, un organismo intersectorial muy poderoso dirigido por el viceprimer ministro chino. A pesar de que fue implementado conjuntamente por funcionarios de los sectores pertinentes, la autoridad conferida por el Consejo Estatal fue un factor clave para garantizar la cooperación entre los diversos organismos gubernamentales que participaron.26 Asimismo, las medidas para mejorar la resiliencia de los cultivos al cambio climático llevadas a cabo en el sector agrícola están siendo dirigidas por la Oficina para el Desarrollo Agrícola Integral de China, un organismo influyente en las provincias y entre los organismos gubernamentales.27

    Obtener el compromiso de los principales líderes

    Además de en la dirección de los organismos, el compromiso de los líderes individuales puede ser clave para la efectividad de las políticas. En Bangladesh, por ejemplo, la Secretaría del Ministerio de Alimentos y Gestión de Catástrofes asumió el cargo de Director Nacional del Proyecto del programa de gestión de desastres del país. Si bien la opinión del ministerio es importante en lo que a la selección de líderes se refiere, la importancia del individuo en concreto (en este caso, de la Secretaría del Ministerio) también puede determinar los resultados. “El hecho de que la persona más importante del Ministerio fuera el director garantizó que sus decisiones se implementasen y que el personal asumiera responsabilidades”, informaron los autores del estudio de caso realizado por el WRI en Bangladesh. Es muy importante que las iniciativas de adaptación estén dirigidas por altos cargos, especialmente por el hecho de que hay que tomar decisiones delicadas que implican tanto ventajas como desventajas, y que< dejan vencedores y vencidos entre los grupos afectados, y de que las decisiones tomadas para aumentar la resiliencia climática a largo plazo generan a menudo obstáculos a corto plazo.

    Los gobiernos, los donantes y las organizaciones de la sociedad civil también pueden fomentar el liderazgo entre los directivos oficiales de menor rango, reconociendo sus logros públicamente y premiándolos.28 Por ejemplo, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) entregó premios y ofreció cobertura mediática a los directivos públicos y organismos gubernamentales que adoptaron medidas para mejorar los medios de vida y la gestión de los ecosistemas formando parte del esfuerzo de restauración de la llanura río Yangtsé en China. Este tipo de incentivos no requieren grandes recursos financieros ni la participación de los donantes, sino que suele ser suficiente con el prestigio y el reconocimiento.

    MEJORAR LA PLANIFICACIÓN Y EL DESARROLLO DE POLÍTICAS

    La planificación y el desarrollo de políticas relativas al cambio climático presentan muchas complicaciones, incluida la necesidad de responder a los diferentes tipos de cambio climático que se identifican en este informe y a la incertidumbre asociada a los futuros impactos. A continuación se describen ejemplos de las funciones más importantes de las instituciones y de los diseños institucionales desde el punto de vista de la planificación y el desarrollo de políticas.

    Integración de los riesgos climáticos en las políticas existentes y en los sistemas de planificación

    Integrar los riesgos climáticos en las prácticas existentes puede ser más fácil y efectivo a largo plazo que crear nuevas estructuras. Dando ejemplo de este enfoque pragmático, el gobierno de Sudáfrica ha comenzado a integrar los riesgos que presenta el cambio climático para la biodiversidad y los ecosistemas en la ordenación territorial (véase el estudio de caso de Sudáfrica, p.116). Las autoridades provinciales ya utilizan los planes de biodiversidad, que incluyen mapas de los puntos críticos y corredores de especies y ecosistemas, para ayudar a dirigir la planificación del uso de la tierra en sectores como el urbanístico, el agrícola, el industrial y el de conservación. Estos planes cada vez tienen más en cuenta los impactos climáticos, un cambio que ha sido posible gracias a la existencia de unas políticas y sistemas de planificación específicos y unos requisitos legales (en este caso, el requisito de utilizar planes de biodiversidad) que supusieron puntos de partida estratégicos para el cambio.29 Del mismo modo, los organismos de desarrollo pueden trabajar para incluir las estrategias de desarrollo existentes y los principales riesgos climáticos en los programas de desarrollo económico y sectorial de los países. 30

    Respuesta rápida

    En los momentos posteriores a un fenómeno extremo, los organismos de planificación deben ser capaces de reaccionar con rapidez. Apoyar los arreglos institucionales y utilizar adecuadamente la información y las tecnologías de comunicación puede facilitar una distribución rápida y eficaz de la ayuda en las áreas afectadas. Bangladesh, por ejemplo, estableció un Centro de Información para la Gestión de desastres (véase el Cuadro 5.5) que recoge y distribuye con rapidez la información en el caso de inundaciones, ciclones y otros fenómenos meteorológicos importantes.

    En la misma línea, pero a escala regional, el Gobierno del Estado de Acre en Brasil ha establecido un “gabinete de crisis” que procesa rápidamente los datos de reconocimiento de satélites y aviones relacionados con incendios y fenómenos meteorológicos, y coordina las respuestas, incluidas las operaciones de extinción de incendios. En principio, fue creado tras los devastadores incendios forestales de 2005, pero se volvió a utilizar en 2006, 2009 y 2010 tras las inundaciones que anegaron las inmediaciones de Rio Branco, la capital del Estado de Acre, lo que demuestra que este tipo de arreglos institucionales pueden ser eficaces a la hora de responder a diferentes tipos de fenómenos extremos.31

    Actualización continua

    ¿Cómo pueden los encargados de desarrollar las políticas conciliar la contradicción de crear instituciones duraderas y que dispongan al mismo tiempo de la capacidad de adaptación para responder con flexibilidad a la nueva información? Una posible solución es combinar estas características en una única institución que trabaje a largo plazo pero que disponga de la capacidad de realizar ajustes políticos periódicos que se adapten a las circunstancias. Por ejemplo, las medidas para controlar las crecidas del río Yangtsé descritas previamente fueron posibles gracias a un proceso de planificación a largo plazo, pero iterativo al mismo tiempo. Los objetivos de China y las metas de la región están comprendidos en un plan general a 30 años que se dividió en planes de implementación cada cinco años.

    La responsabilidad de cumplir con los objetivos específicos del proyecto se asignó a los organismos pertinentes, y la actuación de los funcionarios se valora en base a dichos objetivos.32 Este sistema se ha establecido para poder incorporar nueva información, lo cual puede generar mejoras en los resultados.

    Comisiones de larga duración

    La labores de planificación para un mundo cambiante se pueden mejorar adoptando comisiones de larga duración. Las comisiones que estén en vigor durante varias décadas pueden ayudar a garantizar la continuidad de las acciones de adaptación, a pesar de los cambios de gobierno y de cargos públicos. Es probable que esto sea decisivo para que la toma de decisiones sea eficaz, especialmente teniendo en cuenta que los riesgos climáticos serán una de las preocupaciones más importantes de los gobiernos y de la sociedad en las próximas décadas.35 Ya existen precedentes, con muchos planes sectoriales elaborados en base a objetivos a largo plazo. Por ejemplo, el Plan Nacional de Transporte de Sudáfrica comenzó en 2005 y su finalización está prevista para 2050 (véase el Cuadro 5.6).

    Puede que estas comisiones a largo plazo tengan que complementarse con incentivos (véase el Capítulo 3 sobre participación ciudadana) para fomentar la compleción de las acciones y conseguir el apoyo de las comunidades afectadas y otros grupos, especialmente en las zonas donde la necesidad de actuar no sea evidente (por ejemplo, en zonas de baja altitud en las que la subida del nivel del mar no sea visible) y en los lugares en los que las acciones impuestas por los gobiernos generen problemas a corto plazo para conseguir beneficios a largo plazo (por ejemplo, evitar el desarrollo de las zonas propensas a sufrir inundaciones). En Sudáfrica, los terratenientes que destinan sus extensiones de cultivo a proteger la resiliencia de la biodiversidad se benefician de deducciones fiscales y reducciones de impuestos de propiedad. En Vietnam, la viabilidad a largo plazo de los esfuerzos de restauración de manglares mejoró cuando se permitió a las comunidades gestionar los manglares para usos múltiples y recibieron así otros beneficios (véase el estudio de caso de Vietnam de la página 43)

    Las comisiones de larga duración son útiles no sólo para prepararse para los cambios a largo plazo, sino también para las respuestas de los gobiernos a los fenómenos extremos. Aunque la respuesta inicial a los desastres a veces se desarrolla dentro del periodo en el que un directivo público ostenta su cargo, la naturaleza a corto plazo del ciclo político puede dar como resultado esfuerzos a corto plazo36 que decaen cuando la situación se normaliza. Para combatir este problema, los esfuerzos de reducción de riesgos, así como las iniciativas de ayuda y recuperación, pueden incorporarse a las comisiones de larga duración de los gobiernos (que tienen la financiación garantizada) que requieren un seguimiento, evaluación e innovación constantes.

    La gestión pública respecto al cambio climático también requerirá medidas para hacer frente a la rotación institucional. En el Programa de gestión Integral de Desastres de Bangladesh, tanto la frecuente rotación como la falta de pago a los directivos del gobierno resultaron problemáticas para la capacidad de desarrollo y los propósitos para involucrar a la población. Durante cinco años, hubo nada menos que siete Secretarías y cinco directores generales de la Oficina de Gestión de Desastres.37 Esto, a su vez, provocó que muchas organizaciones e individuos vieran el programa con escepticismo, y el proyecto tardó aproximadamente 18 meses en superar su fase inicial.

    LA INFORMACIÓN

    Como se explica detalladamente en el Capítulo 4, la información relevante para las decisiones es esencial para la eficacia de la planificación y creación de políticas para abordar el cambio climático. Las instituciones pueden jugar un papel muy importante a la hora de fortalecer los sistemas de gestión de la información para recopilarla y divulgarla, que serán necesarios para aumentar la resiliencia climática de las sociedades. Aunque no es el tema principal de esta investigación, no se puede subestimar la importancia de las instituciones locales en la recopilación y difusión de la información tanto a los afectados como a los gobiernos nacionales. Las autoridades locales, así como las organizaciones no gubernamentales, juegan un papel fundamental tanto al trasladar la información nacional a un contexto local como al actuar como canal de información entre las fuentes locales de conocimiento y el gobierno nacional.39 Crispino Lobo, miembro de una ONG para el desarrollo rural en India, explica: “Aunque los organismos públicos están mejor posicionados para comprender la ciencia del cambio climático y cómo afectará a la población, las organizaciones no gubernamentales competentes y experimentadas suelen estar en mejores condiciones de elaborar estrategias de adaptación técnica y social y coordinar las prácticas más eficaces y las tecnologías más prometedoras en el ámbito comunitario, así como de proporcionar información a los organismos públicos pertinentes.40 Para ello, los gobiernos deberán crear unas condiciones favorables y ofrecer incentivos que fomenten los vínculos entre las instituciones locales y nacionales, y fortalecer y empoderar a las instituciones locales para recopilar y proporcionar información. Esta investigación ha identificado varias estrategias para desarrollar o reforzar las instituciones para que desempeñen las funciones esenciales relativas a la gestión de información.

    Instituciones meteorológicas

    Como ya se explica en el Capítulo 4, los datos aportados por las instituciones meteorológicas pueden ayudar al desarrollo de previsiones y a la provisión de información en el momento preciso. Las instituciones meteorológicas cuentan con expertos técnicos y están en condiciones de desarrollar formas novedosas de recopilar y divulgar la información. Esta investigación aporta varios ejemplos:

    Como se explica en el Capítulo 4, el Departamento Meteorológico de Zambia ha implementado el proyecto RANET (Radio e Internet para la Comunicación de Información Hidrometeorológica para el Desarrollo Rural), que ofrece información climática y meteorológica mediante el empleo de teléfonos móviles y satélites de comunicación, entre otros dispositivos.

    En Malí, el Servicio Nacional de Meteorología, la Direction Nationale de la Meteorologie, ofrece datos estacionales de previsión de precipitaciones a 2.000 agricultores, lo que les permite tomar medidas para maximizar la producción de sus cultivos a pesar de la alteración de los patrones de precipitación.

    La herramienta de predicción para los incendios en turberas desarrollada en Borneo Central, anteriormente descrita, se creó en colaboración con el Servicio Meteorológico de Indonesia, que también ayudó a validar los datos de los satélites con los datos locales.

    Muchas instituciones meteorológicas, sin embargo, tienen pocos recursos y no disponen de comisiones para ayudar en la recopilación de datos climáticos relevantes para las decisiones. Se pueden y deben realizar inversiones rentables para crear nuevas instituciones meteorológicas y fortalecer las ya existentes.

    Instituciones fronterizas

    Los organismos meteorológicos y de otro tipo también pueden jugar un papel importante actuando como “instituciones fronterizas”, u organizaciones intermediarias que se sitúan en la frontera entre la ciencia y la política y que sintetizan y traducen los descubrimientos científicos a los responsables de la toma de decisiones y a la sociedad.41 Al disponer del conocimiento técnico para comprender la información relevante, pueden convertir el conocimiento en una guía práctica.42 Estas instituciones fronterizas también valoran las implicaciones políticas de las investigaciones científicas, hacen que la información sea relevante y accesible a nivel local, y mantienen el diálogo entre los grupos de interés (véase el Cuadro 5.8).43 Las instituciones fronterizas pueden ser universidades locales, organizaciones no gubernamentales o servicios de extensión. Los arreglos institucionales que facilitan el intercambio entre los funcionarios de los gobiernos, los grupos de interés y las instituciones fronterizas pueden mantener el flujo de la información relevante para las decisiones y acelerar la acción.44

    Organismos científicos con comisiones independientes de los gobiernos

    La capacidad de los políticos y los planificadores de interactuar con los científicos en las disciplinas pertinentes puede ser un factor clave para una integración eficaz de los riesgos climáticos en las decisiones. Los arreglos institucionales pueden o bien dificultar las integración de las aportaciones científicas en los procesos políticos o bien facilitar este importantísimo intercambio. Las investigaciones demuestran que los organismos científicos del gobierno son más capaces de ayudar al progreso de las políticas de adaptación cuando cuentan con una comisión independiente y autónoma que promueve la implementación de su investigación.45 En Sudáfrica, por ejemplo, el Instituto Nacional de Biodiversidad de Sudáfrica, dirigido por el gobierno, fue de gran utilidad para la integración de los riesgos climáticos para los ecosistemas en la planificación. Entre las competencias del Instituto figuran la política científica y la implementación.46

    Existe una gran variedad de herramientas que pueden ser útiles para los políticos y planificadores que trabajan en este tipo de instituciones y que estudian cómo responder y prepararse para los diferentes tipos de cambio climático. El siguiente capítulo describe las herramientas, tanto las más comunes como las más novedosas, que pueden ser útiles para los planes y políticas relativos al cambio climático.


    Estudio de caso

    BRASIL: LAS RESPUESTAS A INCENDIOS E INUNDACIONES EN EL AMAZONAS

    Tanto en 2005 como en 2010, el Estado de Acre en la Amazonia brasileña sufrió graves inundaciones calificadas como «las peores del siglo».1 En estos dos años, las consecuencias incluyeron incendios descontrolados provocados, en algunos casos, por quemas para la gestión de los pastos que se descontrolaron, y, en otros, por actividades deliberadas de deforestación.

    Los incendios tuvieron lugar entre julio y octubre, y afectaron tanto a selvas vírgenes como a bosques degradados.2 En 2005, las pérdidas económicas, sociales y medioambientales rozaron los 100 millones de dólares americanos. Además, la sequía tuvo un gran impacto en la productividad de los bosques y redujo significativamente las reservas de carbono. Se calcula que la superficie de bosque dañada está entre 267.000 y 41.000 hectáreas.3

    Foster Brown, Centro de Investigación de Woods Hole,

    Programa de Postgrado en Ecología y Gestión de Recursos

    Naturales de la Universidad Federal de Acre

    George Pereira Santos, Cuerpo Militar de Bomberos del

    Estado de Acre, Brasil; Defensa Civil Municipal de

    Rio Branco, Acre, Brasil

    Carlos Batista da Costa, Cuerpo Militar de Bomberos del

    Estado de Acre, Brasil

    Flavio Ferreira Pires, Cuerpo Militar de Bomberos del

    Estado de Acre, Brasil

    Como consecuencia, la sequía de 2005 dio lugar a una novedosa respuesta centralizada por parte de las autoridades de Acre para controlar los incendios y priorizar los esfuerzos de extinción de incendios. Esta acción fue llevada a cabo de nuevo durante la sequía de 2010 y también fue empleada por el gobierno de Acre para responder a emergencias por inundaciones.

    EL GABINETE DE CRISIS

    En mayo de 2005 se hicieron visibles los primeros signos de que Acre, el estado más occidental de Brasil, estaba sufriendo una sequía. Sin embargo, las autoridades no prohibieron las quemas para la agricultura hasta agosto. Al mismo tiempo, viendo que los incendios asolaban la región, los directivos pusieron en marcha una respuesta de emergencia, el “gabinete de crisis”, para controlar el estado del fuego, coordinar las actividades de las oficinas pertinentes del gobierno, y concentrar los recursos para la extinción del fuego en las áreas más necesitadas.

    Este esfuerzo fue dirigido por la Defensa Civil del Estado en colaboración con el Cuerpo de Bomberos del Estado y la Secretaría de Medio Ambiente del Estado y el Instituto de Medio Ambiente de Acre. El gabinete de crisis se valió de los datos de satélite sobre la actividad del fuego y la información recogida desde avionetas a diario, y mantenía reuniones informativas a diario para coordinar el despliegue de los equipos de extinción, dando prioridad a las poblaciones e infraestructuras rurales.

    También colaboraron investigadores voluntarios de la Universidad Federal de Acre, expertos en analizar datos de satélite, y estudiaron imágenes procedentes de fuentes como la NASA o la NOAA* y fotografías aéreas realizadas en el este de Acre.

    Debido a la magnitud de los incendios, imposibles de controlar por las unidades de defensa civil estatales y municipales (que sólo disponían de 400 bomberos), el gabinete de crisis se concentró sobre todo en dirigir las tareas de extinción a las zonas en las que tuvieran una mayor efectividad.

    Cinco años después, cuando volvieron a aparecer los primeros signos de una importante sequía, el gobierno de Acre, que había aprendido de la experiencia de 2005, respondió con mayor rapidez. Se declaró el estado de emergencia a principios de agosto, y se reactivó el gabinete de crisis. El objetivo volvía a ser, teniendo en cuenta los escasos recursos, concentrar las tareas de extinción en las áreas críticas. En ambas ocasiones, el gabinete de crisis se disolvió en octubre, cuando comenzó la temporada de lluvias y se extinguieron los incendios.

    Tanto en 2005 como en 2010, a pesar de que el gabinete de crisis fracasó a la hora de controlar los incendios en las áreas rurales, sí que consiguió su objetivo de proteger el bienestar de la escasa población de las zonas rurales mediante la preservación de las propiedades del pueblo. Con una población de tan sólo entre 30.000 y 40.000 familias rurales distribuidas irregularmente en los 160.000 kilómetros cuadrados del estado (tres veces la superficie de Costa Rica) era de vital importancia dirigir la ayuda a los más necesitados para preservar sus poblados y sus medios de vida.

    Basándose en su actuación de 2005, el modelo del gabinete de crisis ha sido adoptado también por otros niveles del gobierno para responder a otros fenómenos meteorológicos extremos. En consecuencia, la ciudad de Rio Branco (capital de Acre) activó gabinetes de crisis a corto plazo en 2006, 2009, 2010 y a principios de 2011 para dirigir las respuestas de emergencia por inundaciones en distintas partes del estado.

    LECCIONES APRENDIDAS

    Los riesgos de sufrir graves sequías y el hecho de contar con un área deforestada en constante crecimiento (tierras de pasto en su mayoría) han hecho que Acre sea más vulnerable a los incendios y a la escasez de agua. Especialmente, el hecho insólito de sufrir las dos peores sequías en 100 años dentro de un periodo de seis años ha aumentado la preocupación sobre la resiliencia a largo plazo del ecosistema del Amazonas y la conciencia de la necesidad de controlar la quema en las actividades agrícolas.4

    Sin embargo, se puede combatir esta vulnerabilidad con políticas públicas novedosas para controlar los incendios y para encontrar alternativas a la quema para la gestión de la agricultura y los pastizales. El gobierno del estado, que lleva en el poder desde 1998, ha respondido a este reto promoviendo políticas públicas nuevas diseñadas para reducir la deforestación y la quema, entre ellas, la estrategia del gabinete de crisis. (Otros ejemplos son el plan estatal de 2008 para controlar la deforestación y el protocolo de acuerdo firmado en noviembre de 2010 por los estados de Acre, California (Estados Unidos) y Chiapas (México), para desarrollar un programa de créditos de carbono para evitar la deforestación).

    El éxito del gabinete de crisis a la hora de dirigir las actividades de extinción dependió (aparte de de la dirección del gobierno) de la disponibilidad de datos de satélite precisos y a tiempo real y de la capacidad de utilizar esa información en la toma de decisiones. En este caso, la colaboración del gabinete de crisis con investigadores expertos fue crucial. Todos los técnicos y científicos de la universidad local que ayudaron en los esfuerzos de extinción eran investigadores (antiguos o presentes) del Experimento de Gran Escala de la Biosfera-Atmósfera en la Amazonia (LBA), una serie de estudios sobre el clima regional, los cambios en el uso de la tierra y la dinámica de los bosques.5

    La presión ejercida por los medios de comunicación y la sociedad civil para reducir los incendios, que asolaron Acre en 2005 y 2010 y lo envolvieron en una nube de humo peligrosa para la salud, también fue decisiva para que el gobierno diera una respuesta rápida y eficaz. Para futuras respuestas de emergencia y planes de adaptación, se necesitarán estrategias políticas más amplias todavía, debido al aumento de la probabilidad de desastres naturales, tales como inundaciones, sequías, y sus consecuentes incendios.

    Las quemas, por ejemplo, son un medio económico y tradicional en Acre, y, hasta la fecha, la difusión eficaz de alternativas a las quemas ha sido limitada. Además, la dificultad de controlar que se cumplan las normas y de demostrar quién las incumple, ha provocado que algunos habitantes de las zonas rurales sean procesados por realizar quemas durante periodos de prohibición, a pesar del gran daño que pueden causar. Las autoridades del estado trabajan ahora con los ministerios del gobierno nacional para eliminar el uso de las quemas como herramienta para la gestión de la tierra y para encontrar alternativas para los agricultores de las zonas rurales.

    Notas finales

    1 Xu et al. 2011.

    2 Brown et al. 2006ª; Observaciones personales del autor.

    3 Brown et al. 2006b ; Shimakuburo et al. 2009.

    4 Lewis et al. 2011.

    5 Selhorst et al. 2003; Mendoza 2003.

    *La NASA es la Agencia Espacial Norteamericana. NOAA es la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos.

    Los datos precisos y a tiempo real de los satélites fueron cruciales para que los esfuerzos de extinción tuvieran éxito.

    81

    Estudio de caso

    RUANDA: Restauración de ecosistemas y energías renovables

    En Ruanda, la producción de energía hidráulica es crucial para conseguir los objetivos de desarrollo económico y reducción de la pobreza del país. La «tierra de las mil colinas», con sus numerosos ríos y lagos, es un lugar idóneo para generar energía hidráulica y satisfacer así la creciente demanda de electricidad para abastecer tanto a una población en continuo crecimiento como a las industrias urbanas y a las inversiones agroindustriales en las zonas rurales.

    Hilary Hove, Jo-Ellen Parry, Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible

    Nelson Lujara, Ministerio de Infraestructura, Ruanda

    En 2010, sólo entre un 10% y un 11% de la población de Ruanda tenía acceso a la electricidad. El plan de Política y Estrategia Energética 2011-2017 del país tiene un ambicioso objetivo, el de garantizar el acceso a la electricidad a un 50% de la población para el año 2017.1

    Pese a que las centrales hidroeléctricas tienen los costos de producción de electricidad más bajos de Ruanda, existen dificultades para conseguir que ésta sea una fuente de energía de confianza. Una de las dificultades reside en el hecho de que este tipo de generación de energía es vulnerable a los cambios en las condiciones hidrológicas, cambios que probablemente sucedan a medida que se intensifique el cambio climático.

    Esta vulnerabilidad quedó demostrada en los años 2003 y 2004, cuando Ruanda experimentó una crisis en el suministro eléctrico que perjudicó sus perspectivas de desarrollo y dio lugar a un fuerte descenso en la producción de energía eléctrica durante varios años. El gobierno respondió con medidas para la restauración de ecosistemas que podrían servir de ejemplo para otras áreas de Ruanda y otros países vulnerables a los cambios en los sistemas hidrológicos debido a diversos factores, entre ellos al cambio climático.

    Esta crisis eléctrica fue provocada por un gran descenso en la generación de energía en la central hidroeléctrica de Ntaruka, una de las dos centrales que generaron el 90% de la energía hidráulica del país en 2004, debido a un notable descenso en el nivel del Lago Bulera, el embalse de la central Ntaruka. Este descenso se produjo por una combinación de diversos factores, entre ellos una gestión deficiente de los humedales de Rugezi, la degradación de los alrededores de los humedales Rugezi-Bulera-Ruhondo debido a la fragmentación de la tierra y al cultivo y pastoreo excesivo, el escaso mantenimiento de la central, y el descenso en las precipitaciones en los años previos. El empeoramiento del estado de la cuenca hidrográfica también afectó negativamente a las actividades de subsistencia, tales como la pesca, el transporte y la artesanía.

    El descenso en la producción de electricidad de Ntaruka obligó a Ruanda a instalar generadores diesel, cuyos costos de operación eran de 65 dólares americanos al día.2 Las tarifas de electricidad se duplicaron de 2004 a 2005, de 7 a 14 centavos de dólar por kilovatio-hora, y volvieron a subir en 2005 y 2006 a 22 centavos de dólar kilovatio-hora.

    En 2004, el gobierno de Ruanda emprendió acciones para restaurar la cuenca degradada interrumpiendo las actividades de drenaje en los humedales de Rugezi. También prohibió las actividades agrícolas y de pastoreo en las orillas de los humedales, así como en las inmediaciones de los lagos Bulera y Ruhondo. El gobierno restringió en concreto las actividades agrícolas y de pastoreo a 10 metros de las orillas de los arroyos y ríos y a 50 metros de las orillas de los lagos. El área Rugezi-Bulera-Ruhondo también se incluyó en la lista Ramsar de Humedales de Importancia Internacional en diciembre de 2005, y el gobierno de Ruanda designó los humedales de Rugezi como área protegida en 2008.

    Estas acciones fueron posibles en primer lugar gracias a la política medioambiental existente en el país (2003) y posteriormente gracias a su política agrícola nacional (2004), su ley de medioambiente (2005) y su ley sobre la propiedad (2005).

    FOMENTAR LOS MEDIOS DE VIDA SOSTENIBLES

    Estas acciones, sin embargo, dejaron a muchas de las poblaciones rurales de la región sin posibilidades de acceder a los recursos clave. Según una fuente, cerca del 70% de la población de Rugezi había cultivado tierras cercanas a los humedales o dentro de ellos antes de que las nuevas restricciones entraran en vigor, sin embargo, no se ofreció ninguna compensación a quienes ya no tenían acceso a sus tierras. En respuesta a la preocupación de la población respecto a la pérdida de sus medios de vida, el gobierno de Ruanda estableció medidas agrícolas y para la gestión de las cuencas hidrográficas para compensar los impactos negativos de las medidas de conservación, entre las que se encuentran:

    – Fomentar las prácticas agrícolas medioambientalmente sostenibles.

    – Plantar árboles y construir estructuras para controlar la erosión en las laderas circundantes.

    – Distribuir hornillos de menor consumo.

    – Promover prácticas agrícolas ecológicas y nuevas actividades que generen ingresos, tales como la apicultura.

    Estas actividades fueron implementadas por varios ministerios del gobierno, entre ellos los responsables de medio ambiente, agricultura, ganadería, explotación forestal y defensa.

    Con el tiempo, la combinación de las intervenciones políticas y las actividades de restauración ha contribuido a la rehabilitación gradual de los humedales de Rugezi y al aumento de la producción de energía hidráulica del país. Se ha mejorado la capacidad de filtración de los humedales, reduciendo las tasas de sedimentación y aumentando el flujo del agua en el lago Bulera. Otras acciones, como por ejemplo alternar el uso de turbinas en la central hidroeléctrica de Ntaruka también contribuyeron al aumento del nivel del lago. Ruanda vio recompensados sus esfuerzos cuando, en 2007, la central de Ntaruka volvió a funcionar plenamente. Para el año 2009, su producción de energía había alcanzado una capacidad de 7 megavatios.3

    El grado de responsabilidad que tienen las leyes de 2005 en la restauración del ecosistema es discutible. Según algunas fuentes, las restricciones de 10 y 50 metros no se implementaron adecuadamente en Rugezi; el informe sobre el estado del medio ambiente del gobierno hace la misma observación respecto a la aplicación de estas normas en los humedales de Ruanda.4 Sin embargo, también se ha sugerido que las autoridades locales disponen de las facultades para decidir sobre la implementación de las leyes,5 creando así la posibilidad de una aplicación más estricta en los humedales de Rugezi, dada su importancia a la hora de hacer frente a los problemas energéticos del país.

    El impacto de los esfuerzos de restauración de los humedales Rugezi-Bulera-Ruhondo en la población local es una cuestión más difícil. Al principio, muchos medios de vida locales se vieron negativamente afectados, ya que las familias perdieron acceso a la tierra para el cultivo. Desde entonces, sin embargo, parece que los esfuerzos de restauración han comenzado a aportar beneficios. Las radicales actividades agroforestales y de construcción de terrazas han aumentado la productividad de los cultivos; los pastos sembrados en las terrazas y en las orillas de los lagos proporcionan alimento para el ganado; la flora y la fauna han aumentado en los humedales de Rugezi; y ha surgido un ecoturismo en la zona. Las consecuencias de estos esfuerzos de restauración en la población local sólo se apreciarán plenamente con el tiempo.

    LECCIONES APRENDIDAS

    Los factores que desencadenaron la crisis eléctrica de Ruanda en 2004 y las diversas acciones llevadas a cabo por el gobierno para responder a ella constituyen valiosas lecciones para la seguridad energética y para la toma de decisiones de adaptación.

    Una de ellas es el valor de una estrategia integral para resolver problemas complejos. Restaurar los humedales Rugezi-Bulera-Ruhondo requirió esfuerzos relacionados entre sí para hacer frente a los problemas ecológicos, sociales, económicos y culturales, que se complementaron con los esfuerzos por parte del sector eléctrico para mejorar su gestión y funcionamiento. La cooperación de los ministerios y organismos en los ámbitos nacional, regional y local también fue importante.

    Aunque las políticas y acciones de Ruanda no estaban específicamente diseñadas para ello, la mejora de la salud y el funcionamiento de los humedales Rugezi-Bulera-Ruhondo podría aumentar la resiliencia del país al cambio climático. Las prácticas de gestión de uso de la tierra que minimizan la erosión del suelo y protegen los ecosistemas más sensibles suelen ser de vital importancia para reducir la vulnerabilidad a los impactos climáticos.

    Finalmente, este estudio destaca la importancia de buscar un equilibrio entre los objetivos de adaptación a corto y largo plazo, así como la necesidad de implementar medidas que mitiguen los impactos negativos a corto plazo en las poblaciones locales.

    Notas finales

    1 MINIFRA 2010.

    2 PNUD 2006.

    3 MINIFRA 2009.

    4 RMNR s. a.; Willetts 2008a.

    5 Pottier 2006a.

    Este estudio destaca el conflicto de intereses entre los objetivos de adaptación a corto y largo plazo.

    Estudio de caso

    CHINA: La adaptación al cambio climático en el sector agrícola de China

    La llanura de los ríos de las 3H en China es crítica para la economía agrícola del país, y, por lo tanto, para su seguridad alimentaria. Estos 350.000 kilómetros cuadrados, que abarcan áreas de cinco provincias diferentes y entre los que se encuentran las ciudades de Pekín y Tianjín, contienen el 25% de la tierra cultivable del país y alimentan a casi un tercio de la población. Sin embargo, su productividad en el futuro es incierta, debido a la escasez de agua: la disponibilidad de agua por habitante equivale a un tercio de la media nacional y a sólo la mitad de la cantidad establecida por la ONU para mantener el desarrollo socioeconómico.

    Wang Lanying, Oficina para el Desarrollo Agrícola

    Integral de China

    Qun Li, Banco Mundial

    En los últimos 50 años, la llanura de las 3H ha experimentado un aumento de las temperaturas de 1,18 º C. La media de precipitación anual ha descendido 140 milímetros (mm) entre los años 1954 y 2000, un descenso anual de 2,92 mm por año, lo que ha provocado sequías primaverales más frecuentes que han perjudicado gravemente los cultivos.1 El aumento de la demanda de agua para uso industrial y doméstico y la intensificación del cambio climático, que obliga a los agricultores a utilizar más agua debido a una mayor evaporación, harán que gran parte de la región se enfrente a un grave déficit de agua para el año 2030.2

    En 2004, el gobierno de China respondió con el lanzamiento de un proyecto financiado por el Banco Mundial que tenía como objetivo trabajar tanto con agricultores como con expertos técnicos para implementar medidas de ahorro de agua en las cinco provincias. La Oficina para el Desarrollo Agrícola Integral de China (CAD), que pertenece al Ministerio de Finanzas, coordinó actividades con la ayuda de los ministerios responsables de recursos hídricos, agricultura, uso de la tierra y explotación forestal. El objetivo general era revertir el uso ineficiente del agua en la agricultura y aumentar los beneficios económicos de los agricultores.

    Entre 2005 y 2010 se implementaron medidas agronómicas, de gestión y de ingeniería de riego con un costo de 463 millones de dólares en 107 condados. El objetivo era mejorar

    505.505 hectáreas de cultivo con rendimiento bajo y medio, beneficiando así a 1,3 millones de familias.

    La formación de asociaciones de usuarios de agua, promovida por el gobierno, dio lugar a la creación de foros para introducir una formación para el uso de nuevas técnicas de gestión del agua, así como un mecanismo para mejorar la gestión local de agua basado en la participación de los agricultores. Los sistemas de riego que se construyeron como parte del proyecto se entregaron a estas asociaciones de usuarios de agua para que los agricultores pudieran empezar a gestionar y mantener esta infraestructura. Dado que en ciertas partes de la región más del 70% de la población de agricultores son mujeres, se hizo uso de un fondo fiduciario de igualdad de género para llevar a cabo diversos programas de formación sobre prácticas agrícolas innovadoras para mujeres y también para directivos de gestión y expertos. Este fondo también financió iniciativas para aumentar la participación y las habilidades de las mujeres en la implementación y gestión de las asociaciones de usuarios de agua, y otras actividades del proyecto. Las actividades locales se coordinaron a través de las oficinas de la CAD en las provincias, municipios y condados, con los agricultores como protagonistas.

    Dado que el diseño del proyecto no integró sistemáticamente los riesgos que presenta el cambio climático en todas sus actividades, en 2006 la CAD solicitó, y recibió, una subvención del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) para incorporar las actividades de adaptación al programa de riego y agricultura3 del proyecto financiado por el Banco Mundial. Esta fue la primera vez en la que la adaptación al cambio climático se introdujo en un proyecto financiado por el Banco Mundial. Junto con los asesores de recursos hídricos, se envió a expertos en agricultura al área para introducir nuevas variedades de trigo resistentes a las sequías y a las plagas, que se ajustaban mejor a las condiciones de cultivo que se esperan para el futuro. Fueron necesarias varias temporadas de cultivo para que muchos agricultores sembraran las nuevas variedades de cultivo, pero finalmente superaron su reticencia a dejar atrás la confianza que durante décadas tuvieron en el que un lugareño denominó «el trigo de siempre» al ver que las nuevas variedades tenían una mayor productividad. Del mismo modo, los programas piloto dirigidos por el gobierno que introdujeron nuevas técnicas para una mejor gestión del agua de riego tuvieron éxito entre los agricultores una vez que estos vieron sus ventajas: menor desperdicio de agua, riego más barato, y un menor uso de la escasa reserva de agua subterránea. Esto resultó en una mayor productividad del agua.

    En el área rural de Xinyi, se construyeron 17 presas nuevas, con capacidad para 24.000 metros cúbicos de agua de riego al año. Cuando se combinó con otras medidas de ahorro de agua, la tasa de producción de agua aumentó de 1,14 a 1,5 kilogramos por metro cúbico. Estos cambios también han mejorado la capacidad de la región para resistir a los fenómenos meteorológicos extremos. En febrero de 2009, el condado de Huaiyuan, en la provincia de Anhui, sufrió la peor sequía de invierno de los últimos 50 años. Sin embargo, gracias al buen funcionamiento de los sistemas de riego, a la mejor gestión del agua y a las nuevas variedades, se conservaron las plantas de los semilleros de trigo y ningún cultivo quedó dañado por la sequía.

    Mediante la sensibilización, la construcción de la capacidad y la demostración de medidas de adaptación, el proyecto del FMAM ha aumentado la capacidad de adaptación en la producción agrícola de la llanura de las 3H durante los últimos cuatro años, convirtiéndose en un ejemplo del uso más generalizado de medidas de adaptación en la agricultura china.

    LECCIONES APRENDIDAS

    El papel del CAD a la hora de coordinar las acciones de los sectores de finanzas, recursos hídricos, agricultura, explotación forestal y recursos de la tierra fue esencial para la correcta implementación de las medidas de adaptación en un área tan extensa. Como programa que se ocupa de la agricultura, el medio rural y los problemas de la agricultura, tiene un gran poder a la hora de dirigir las actividades de adaptación al cambio climático en China, además de un diseño institucional bien establecido, una buena reputación entre los agricultores, un sólido programa de inversión en curso que combina el desarrollo de infraestructuras y del software, y muchos años de experiencia con proyectos financiados por el Banco Mundial. Esto, a su vez, ha permitido una integración relativamente fácil de las iniciativas de adaptación al clima en el proyecto en curso de mejora de la agricultura.

    También fue crucial para el éxito del proyecto la cooperación y creación de propiedad conjunta con los agricultores, así como la colaboración de las principales instituciones de investigación científica y agrícola, que aportaron apoyo técnico. Además de posibilitar la creación de las asociaciones de usuarios de agua, la CAD envió cuestionarios a los agricultores para conocer sus opiniones y sugerencias respecto a las medidas de adaptación, garantizando así que las medidas tomadas eran técnicamente sólidas y estaban apoyadas por la población agrícola. Para hacer frente a la falta de concienciación en cuanto al cambio climático, la CAD también contrató a expertos del Departamento de Cambio Climático de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el Centro de Gestión de Fondos para el Mecanismo de Desarrollo Limpio de China (MDL), la Academia de las Ciencias de China, y la Academia de las Ciencias Agrícolas de China para informar a los agricultores.

    Para mejorar la adaptación al cambio climático en el ámbito de la agricultura de regadío, el programa del CAD debería continuar explorando nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia del agua y mejorar la agricultura en base a las lecciones aprendidas. Además, los departamentos del gobierno tienen que involucrarse más a nivel técnico para que las estrategias de adaptación se apliquen de manera más general en el desarrollo de la agricultura.

    Por último, y teniendo en cuenta que los impactos climáticos seguirán manifestándose, las medidas de adaptación deben estar continuamente controladas y mejorarse de acuerdo con las condiciones del terreno.

    Notas finales

    1 Tianzhan 2006.

    2 Mo 2010.

    3 Academia de las Ciencias de China 2007.

    Fueron necesarias varias temporadas de cultivo para que muchos agricultores sembraran las nuevas variedades de cultivo, pero finalmente superaron su reticencia al ver el aumento de la productividad de sus cultivos.

    INDICE y PRESENTACIÓN


    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    Edición en Amazón Kindle Digital
    https://www.amazon.es/dp/B0075X3BGA/

    Edición en Bubok Impreso papel
    https://www.bubok.es/libros/217732/Recursos-mundiales-Adaptacion-en-marcha-Tomando-decisiones-en-el-cambio-climatico

     

    Enlace permanente |
     
  • Imagen de perfil de Noticias 24 horas

    Noticias 24 horas Publicado a las 19:56 el 10 de February del 2019  

    Adaptación en marcha: Capítulo 3: Participación ciudadana 

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    INDICE y PRESENTACIÓN

    PARTICIPACIÓN CIUDADANA

    La participación ciudadana será esencial para preparar a las sociedades para que tomen las difíciles decisiones que requerirá el cambio climático. ¿Qué riesgos climáticos deberían abordarse? ¿Deberían tener preferencia ante otras prioridades nacionales urgentes? ¿Qué poblaciones, sectores y ecosistemas vulnerables deberían tener prioridad en los esfuerzos de adaptación? Preguntas como éstas, y las decisiones que surjan de ellas, deben ser objeto de debate y, a poder ser, de consenso.

    En este capítulo, exploramos la importancia crucial de la participación ciudadana en la toma de decisiones para abordar el cambio climático, e intentamos ofrecer a los encargados de la toma de decisiones estrategias específicas para promover una participación ciudadana generalizada en la toma de decisiones de adaptación. Una participación global es necesaria para abordar directamente no sólo los riesgos climáticos a través de los procesos de planificación y creación de políticas, sino también las decisiones que puedan afectar a la vulnerabilidad.

    LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN UN CLIMA CAMBIANTE

    Las comunidades son probablemente quienes mejor aprecian los cambios en el clima y los patrones meteorológicos en el ámbito local, es por esto que una participación ciudadana a la hora de diseñar los planes y políticas de adaptación es de vital importancia. Tal y como exponemos en este capítulo, y como señalan los extractos y los estudios de caso prácticos, los encargados de desarrollar las políticas pueden tomar decisiones de adaptación más eficaces involucrando a los afectados por los impactos climáticos y dirigiendo las acciones a ellos en particular.

    Sin embargo, la realidad es que la idea de la participación ciudadana en la toma de decisiones de adaptación puede llegar un poco tarde. En lugar de participar activamente, las comunidades afectadas y otros grupos de interés suelen ser los últimos en ser consultados sobre la planificación y los procesos de toma de decisiones, o simplemente son informados de decisiones que ya han sido tomadas.1 Esto se debe en parte a las barreras culturales y de capacitación, que frenan la participación ciudadana. En muchos casos, esto también se debe a barreras políticas y legales, ya que muchas de las personas, comunidades y organizaciones afectadas carecen de derecho legal a la consulta y la participación.

    Las formas de participación ciudadana utilizadas por los gobiernos pueden ser superficiales, como la divulgación de información sobre decisiones que ya han sido tomadas y las consultas superficiales, o globales, como las decisiones conjuntas entre los gobiernos de las comunidades afectadas, o el control total de las decisiones por parte de los ciudadanos.

    1: Entry Points for Public Engagement in a Changing Climate

    En este informe se utiliza el término “ciudadana” en su sentido más amplio, que incluye no sólo a las comunidades afectadas sino también a las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones científicas, las universidades y el sector privado, así como a las organizaciones que representan a los ciudadanos de forma individual o como colectivo. Vamos más allá de las formas de involucrar a los ciudadanos en los procesos políticos, como referendos y audiencias públicas, y destacamos formas novedosas y eficaces para que la población participe en la toma de decisiones.

    Sin una participación ciudadana profunda y continua a lo largo de los ciclos políticos, es poco probable que se integren los riesgos climáticos en las decisiones. La Figura 3.1 subraya los puntos de acceso a los procesos de la toma de decisiones de adaptación en los que la participación de la población es crucial.

    El primer paso para que la participación ciudadana tenga éxito es el empoderamiento legal de los afectados (véase la Figura 3.1). Dado que la planificación para los impactos del cambio climático requerirá una intervención de gran alcance por parte del gobierno, unos procesos equitativos, llevados a cabo mediante la participación ciudadana, serán de vital importancia a la hora de reforzar la legitimidad de los responsables de la toma de decisiones y de las acciones que éstos realicen.

    Con unas estrategias superficiales para lograr la participación ciudadana, es poco probable obtener los beneficios que pueden generar unos esfuerzos más amplios (véase el Cuadro 3.2).2

    Prepararse para los riesgos climáticos y responder a ellos supondrá en muchos casos tomar decisiones que perjudiquen a unos y beneficien a otros, creando vencedores y vencidos. Sin embargo, involucrar a la población desde el principio puede favorecer la concienciación sobre los problemas a los que nos enfrentamos y las opciones disponibles. El hecho de abrirse a la población puede también aumentar su confianza en los gobiernos, haciendo que estos sean más conscientes de su responsabilidad, y que, a su vez, los grupos de interés apoyen sus acciones. Por ejemplo, limitar la construcción de infraestructuras en las costas para conservar los manglares y el papel que juegan al proteger la costa de los daños causados por las tormentas podría afectar a la industria local y al empleo. En tales circunstancias, garantizar que la población esté bien informada y participe puede ser de gran ayuda para que las comunidades vean estas decisiones como justas.

    LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA PARA UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ

    En esta sección identificamos las cuestiones de los procesos de planificación y creación de políticas en las que la participación ciudadana puede ser crucial a la hora de anticipar el cambio climático y responder a él. Aunque la participación ciudadana por sí sola no asegura una toma de decisiones eficaz, es necesaria.

    Es esencial que la población disponga de toda la información sobre el cambio climático, incluidos los posibles impactos climáticos que podrían afectar a las comunidades y las consecuencias de los mismos. Para cualquier proceso de participación ciudadana es fundamental proporcionar dicha información, para que esta participación tenga sentido e importancia (véase también el Capítulo 4).

    Identificación del problema

    Antes de considerar las opciones políticas y de planificación, los directivos deberían incluir a la población a la hora de definir las necesidades que deben cubrir las políticas para ser eficaces. Estos esfuerzos tempranos por involucrar a las comunidades afectadas, la sociedad civil y los expertos pueden centrarse en la recopilación de datos relevantes.

    Las agencias de meteorología y otros organismos de los gobiernos pueden hacer participar a la población en la elaboración de la cartografía de vulnerabilidad, en la recopilación de datos estacionales, en las proyecciones de desarrollo de los cambios futuros y en el seguimiento del cambio a largo plazo. La participación de la población en la valoración de los riesgos y la vulnerabilidad puede a su vez impulsar las acciones para mejorar la preparación de las comunidades. En Bangladesh, el gobierno llevó a cabo evaluaciones del riesgo para las comunidades en 32 de los 64 distritos, con la participación de las comunidades y de organizaciones no gubernamentales, que dieron como resultado el desarrollo de las medidas para la reducción de riesgos en todos los distritos. Primero, los miembros de las comunidades completaron un análisis de los riesgos para las comunidades, que combina datos científicos e información local para identificar, analizar y evaluar los riesgos y vulnerabilidades a los que se expone una comunidad. Después desarrollaron un plan de acción para la reducción de riesgos, en el que se enumeraban actividades prioritarias, como la formación para la preparación de desastres, iniciativas de reforestación, iniciativas sanitarias y la elevación de las carreteras.

    Las organizaciones de la sociedad civil también pueden ayudar en estos análisis, al conectar a la población con los responsables de la toma de decisiones. Cuando no se llevan a cabo estas estrategias, se descuidan las necesidades de los más vulnerables. Por ejemplo, Nella Canales, miembro del Grupo Técnico de Adaptación de la Comisión Nacional de Cambio Climático de Perú, informó sobre cómo el Banco Central de Reserva del Perú encargó que se llevara a cabo un estudio de las actividades que están en riesgo debido a los impactos climáticos. Sin procesos de participación eficaces, el estudio identificó solo a aquellos sectores con un importante mercado de exportación, como la agricultura y la pesca. “Miles de pequeños productores de las tierras altas de Perú, cuyos lazos con los mercados extranjeros son casi inexistentes y cuyas contribuciones al PIB son pequeñas, fueron dejados de lado.”15 Según Canales, las organizaciones de la sociedad civil pueden «dar voz a estos grupos y asegurar mediante el apoyo político el reconocimiento de su vulnerabilidad en las políticas públicas”.16

    Análisis de las opciones

    La investigación llevada a cabo para esta edición de Recursos Mundiales exploró varias medidas innovadoras para involucrar a la población en el análisis de opciones para combatir los riesgos climáticos, incluidos ejercicios de situación y juegos. Los ejercicios de simulación llevados a cabo en Ghana y Vietnam (véase el Capítulo 6 para información sobre herramientas de planificación y creación de políticas) unieron a directivos del gobierno y representantes de la sociedad civil y otros grupos de interés para hablar sobre los niveles de riesgo aceptables y los objetivos políticos para los sectores de agricultura y producción de energía eléctrica. El juego de roles facilitó el diálogo, ya que se animó a los participantes a salirse de sus posiciones oficiales, explorar una variedad de soluciones y buscar el consenso.

    Los juegos también ayudan a la población a entender sus opciones y necesidades frente al cambio climático.17 La Cruz Roja, por ejemplo, hizo uso de ellos de forma eficaz como una herramienta de decisión en las comunidades africanas (véase el Cuadro 3.3). Según Pablo Suárez, de la Cruz Roja, las estrategias de educación convencionales, como las presentaciones con diapositivas y la simulación de desastres, han sido un gran fracaso a la hora de transmitir las probabilidades asociadas a un fenómeno extremo. Sin embargo, estas estrategias pueden ser útiles si se complementan con juegos durante talleres de formación para la participación de la población y la sociedad civil en el análisis de opciones para combatir el riesgo.

    Priorización y decisión

    Tomar medidas para abordar los riesgos climáticos requerirá un establecimiento de prioridades para los países con pocos recursos para el desarrollo que ya luchan por cubrir sus necesidades básicas. Será necesario dirigir las acciones hacia las poblaciones, ecosistemas y sectores vulnerables.

    Un acuerdo colectivo entre los grupos afectados sobre los niveles de riesgo aceptables es un prerrequisito para dar prioridad a unas u otras acciones.18 Por ejemplo, en el ejercicio de simulación de Ghana, (véase la página 98), los encargados de tomar las decisiones decidieron continuar con la construcción de una presa a pesar de los elevados costes de electricidad que se preveían para el futuro. Para los gobiernos, es de vital importancia involucrar a la población en este paso clave, ya que puede generar respuestas más duraderas a las difíciles decisiones de adaptación. Es inevitable que las decisiones perjudiquen o beneficien diferentes aspectos, porque hay muchos grupos con diferentes intereses en las actividades de adaptación. Incluso las políticas que no tienen demasiadas consecuencias negativas y que toman medidas útiles tanto para los objetivos de desarrollo como para los de adaptación implican hacer elecciones sensatas sobre la destinación de las inversiones. (Véase el Cuadro 3.4)

    A la hora de negociar en un terreno tan complicado, unas estrategias de participación bien diseñadas pueden ayudar a los ministerios y organismos del gobierno a llevar a cabo procesos justos y eficaces.20 El proceso de inclusión también puede ayudar a crear apoyo por parte de la población y la sociedad civil al tomar decisiones difíciles y podría actuar como un mecanismo de gestión de conflictos en ciertas situaciones. Algunos casos requerirán mecanismos de resolución de conflictos. Por ejemplo, los propietarios de hoteles de playa podrían apoyar la construcción de un dique de contención para proteger sus edificios de la erosión, mientras que los pueblos pesqueros vecinos no quieren que se construya porque la erosión y acreción naturales ayudan a aumentar el tamaño de los hábitats en los que se crían los peces.

    El nivel de participación pública durante la priorización en el ciclo de toma de decisiones podría variar en función del impacto climático. Por ejemplo, tras un fenómeno extremo, los esfuerzos para aliviar sus consecuencias podrían no disponer del tiempo o los recursos necesarios para incluir a todos los habitantes de la zona una vez establecidas las prioridades. En tales circunstancias, prevalecerán otras necesidades urgentes sobre la posibilidad de participación de las comunidades afectadas en los procesos de toma de decisiones.21 Sin embargo, aquellos aspectos que no se aborden en el momento tendrán que ser atendidos durante los esfuerzos de recuperación a largo plazo.

    Algunos gobiernos ya se han percatado y han asimilado la importancia de la participación ciudadana a la hora de priorizar las actividades de adaptación. Por ejemplo, mientras desarrollaba el Programa Nacional de Acción para la Adaptación (PNAA), Sudán llevó a cabo un proceso de priorización en dos partes. El primer paso consistió en convocar a los grupos de interés en cinco zonas ecológicas diferentes, donde cada grupo desarrolló unos criterios tanto cuantitativos como consultivos para evaluar diversos proyectos de adaptación. Se crearon 32 proyectos que fueron clasificados por orden de importancia para los grupos de interés. El segundo paso se llevó a cabo en el ámbito nacional. Representantes de organizaciones no gubernamentales, especialistas y profesionales justificaron las prioridades sugeridas por los grupos regionales y ofrecieron también un asesoramiento estratégico para su implementación. Entre los grupos representados durante este proceso de priorización encontramos agricultores, funcionarios del gobierno, investigadores y organizaciones no gubernamentales.

    Implementación

    La participación ciudadana en la implementación de esfuerzos de adaptación puede traer múltiples beneficios. No sólo aprovecha el conocimiento y experiencia de las comunidades locales y aumenta su capacidad para poner en práctica las intervenciones, sino que también aporta legitimidad a las acciones que se llevan a cabo. A su vez, la durabilidad de la integración de los riesgos climáticos en los planes y políticas puede verse reforzada.

    A lo largo de las últimas décadas, los esfuerzos de implementación descentralizados han sido de ayuda para muchas reformas políticas, facilitando los esfuerzos de los gobiernos por ser más flexibles y receptivos a las necesidades de las comunidades locales.22 Además, las estrategias de participación pueden ser económicas, ya que las comunidades locales están preparadas para mantener las actividades. El gobierno chino, por ejemplo, con el apoyo del Banco Mundial, estableció organizaciones de agricultores y asociaciones de usuarios de agua para adoptar técnicas y prácticas de riego más eficaces, junto con nuevos tipos de cultivo. Las organizaciones, financiadas por subvenciones del gobierno, ofrecieron formación para las actividades de adaptación en el sector de la agricultura. Las asociaciones de usuarios de agua también fueron formadas para encargarse del funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones de riego. Estos esfuerzos para involucrar a las comunidades locales fueron un factor clave para el éxito del proyecto.

    Por otro lado, es más probable que las comunidades ayuden en la implementación de los esfuerzos de adaptación, por ejemplo, en la recopilación de información relevante, si comprenden el valor de su participación, y si su colaboración en los procesos de toma de decisiones va destinada a cubrir sus necesidades. En Malí, las actividades llevadas a cabo por el gobierno para integrar los riesgos climáticos en el sector de la agricultura incluyeron un trabajo conjunto con los agricultores para desarrollar perfiles climatológicos para sus propias tierras, no sólo para las tierras de cultivo vecinas. Tras el análisis inicial, los agricultores recibieron boletines informativos a 10 días sobre las condiciones hidrológicas, meteorológicas, agrícolas e información sobre las plagas, con una entrega de datos más específicos cada uno a tres días. Esta estrategia centrada en los agricultores se ganó el apoyo de las comunidades rurales, ya que ellos mismos pudieron aplicar la información que reunían a sus propias actividades de producción de cultivos, obteniendo un claro beneficio.

    Los agricultores que utilizaron la información agrometeorológica tuvieron unos ingresos notablemente más importantes con sus cosechas que los que utilizaron los indicadores tradicionales.23

    3

    Las asociaciones entre comunidades, sociedad civil y otros grupos de interés también pueden jugar un papel importante en la implementación. Por ejemplo, en Borneo Central, (Indonesia), el gobierno provincial adoptó una herramienta innovadora para predecir los devastadores incendios en turberas, y lo hizo en colaboración con ONGs y expertos técnicos de la universidad local. A pesar de suponer un grave peligro para la salud pública y los medios de vida, y contribuir significativamente al cambio climático, los agricultores locales solían ver estos incendios descontrolados como un riesgo necesario para preparar la tierra para el cultivo. Sin embargo, la ONG para el desarrollo CARE Indonesia, se ganó la confianza de las comunidades indígenas de la zona y convenció a los agricultores más escépticos. El gobierno organizó talleres para explicar a los agricultores cómo un sistema de alerta temprana podría permitirles controlar mejor el uso del fuego y ayudaría a prevenir los daños y las pérdidas económicas que generan los incendios accidentales.24

    Evaluación y seguimiento

    La participación ciudadana durante el seguimiento y evaluación de los esfuerzos de adaptación puede ayudar a entender que los riesgos están cambiando y que determinadas actividades son eficaces para responder a ellos.25

    Los incentivos y recursos pueden propiciar la participación, así como compensar los costos que supone involucrar a la población en el seguimiento y evaluación. En Malí, por ejemplo, los miembros de la sociedad que participan en los esfuerzos que lleva a cabo el gobierno para registrar y transmitir datos de precipitación han recibido bicicletas para facilitar la recogida de datos.

    El proyecto RANET (Radio e Internet para la Comunicación de Información Hidrometeorológica) en Zambia hizo uso de incentivos similares, proporcionando a los socios rurales teléfonos móviles que recogen datos de precipitación y recargándolos periódicamente de forma gratuita. El Departamento Meteorológico de Zambia proporciona previsiones de precipitación estacionales y organiza las reuniones de revisión de las comunidades que participan en la recogida de la información. El resultado es que 3.050 miembros de comunidades de áreas remotas están haciendo mediciones con pluviómetros. Además, las emisoras FM han sido equipadas con receptores solares y por cable.26 El sector privado también ha empezado a financiar estas iniciativas. Por ejemplo, una iniciativa internacional llamada Green Power for Mobiles está ayudando a la industria de la telefonía móvil a implantar el uso fuentes de energía renovables para cargar los móviles en zonas que no disponen de electricidad.27

    Sin embargo, los esfuerzos de adaptación podrían fracasar si los afectados no participan en su seguimiento, operaciones y supervisión. Esta fue una conclusión clave que se extrajo de los esfuerzos de Nepal por prevenir las inundaciones por el desbordamiento de un lago glacial (véase el estudio llevado a cabo en Nepal, página 46). Estas inundaciones pueden provocar daños importantes en los valles por los que bajan los ríos. El lago glacial Tsho Rolpa es el más grande del Himalaya nepalí.

    Hace diez años, la amenaza de inundaciones en los valles hizo que el gobierno nepalí tomara medidas preventivas. Estas medidas incluyeron rebajar el nivel del lago tres metros y establecer un sistema de alerta para emergencias, y, a pesar de que fueron consideradas necesarias para prevenir unas inundaciones catastróficas, el apoyo de la ciudadanía fue escaso. Cuando terminó la interacción inicial entre los funcionarios del gobierno y las comunidades, el seguimiento decayó. Pese a que los residentes de los pueblos de la montaña ayudaron a construir el sistema de alerta temprana al mantener bajos los costes de operación y mantenimiento, los dispositivos de alerta temprana fueron saqueados y destrozados.28 El caso de Nepal demuestra que la participación ciudadana en la implementación inicial no es suficiente. Para mantener actividades de adaptación eficaces se necesita tanto una participación continua como un interés por parte de las comunidades.

    Para que la participación ciudadana sea eficaz, los encargados de la toma de decisiones y la población necesitan información sobre los riesgos presentes y futuros que plantea el cambio climático, así como sobre la vulnerabilidad de los afectados. El siguiente capítulo describe la importancia de ciertos tipos de información en el contexto del cambio climático y destaca la importancia de las tecnologías innovadoras y otros medios de recopilar y divulgar la información eficazmente.


    VIETNAM: RESTAURAR LOS MANGLARES, PROTEGER LAS COSTAS

    Neil Powell, Instituto Ambiental de Estocolmo

    Maria Osbeck, Instituto Ambiental de Estocolmo

    Bach Tan Sinh, Instituto Nacional de Ciencia, Políticas Tecnológicas y Estudios

    Estratégicos

    Toan Vu Canh, Instituto Nacional de Ciencia, Políticas Tecnológicas y Estudios Estratégicos

    Situado en el pleno cinturón ecuatorial del monzón, Vietnam es extremadamente vulnerable a los impactos del cambo climático, especialmente a los aumentos de intensidad de las tormentas costeras y la subida del nivel del mar. Una restauración y rehabilitación de los manglares a gran escala es una iniciativa de adaptación clave en Vietnam, con resultados muy diferentes entre el norte y el sur. Este estudio de caso práctico analiza los esfuerzos de Vietnam para utilizar los manglares como elemento de adaptación e ilustra por qué la gestión pública ha sido de vital importancia para su éxito.

    Los informes homologados por el gobierno de Vietnam muestran que la temperatura media anual del país ha aumentado entre 0,5 y 0,7 grados en los últimos 50 años.1 Durante este mismo periodo, el nivel del mar ha subido 20 cm a lo largo de sus costas. Estos cambios climáticos han tenido lugar en el contexto de la pérdida de más del 80% de los bosques de manglares desde los años 50, provocada por la defoliación y más recientemente por el desarrollo costero, que a su vez ha magnificado el impacto de las marejadas ciclónicas en las áreas costeras.2

    Como resultado de los cambios climáticos actuales y los que se prevén para el futuro, los sectores de la agricultura y los recursos de agua, incluido el del cultivo de arroz, que es de vital importancia, están viendo aumentada su vulnerabilidad ante la intrusión de agua salada y las inundaciones. Las marejadas ciclónicas también pueden provocar grandes daños en las infraestructuras costeras y en los diques y estructuras que protegen el rápido desarrollo de la industria de la acuicultura. Las previsiones para el cambio climático en el delta del Mekong sugieren que para el 2050, el 45% del área total de la tierra estará salinizada.3 Las investigaciones apuntan a que una subida de un metro en el nivel del mar tendría un grave impacto en un 11% de la población y disminuiría el producto interior bruto de Vietnam en un 10%.4

    Las políticas nacionales para la adaptación al cambio climático en Vietnam son una combinación de medidas estrictas y flexibles. En respuesta, y junto con otros países asiáticos, Vietnam inició una restauración a gran escala de los manglares y unos programas de rehabilitación con el apoyo de donantes como el Banco Mundial y ONGs de ayuda internacional, como la Cruz Roja. Desde 2011, la restauración y rehabilitación de los manglares ha invertido la tendencia de la deforestación, añadiendo un total de 15.000 nuevas hectáreas de bosques, alcanzando una cobertura total de 155.290 hectáreas en 2008. Además, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural anunció su plan de invertir 200.000 millones de dongs vietnamitas para mejorar el sistema de diques costeros del país, con los manglares actuando como mecanismo de protección para los diques construidos. Los bosques de manglares también se incluirán como parte del plan nacional para la gestión integrada de las costas, desarrollado por el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente.

    LA DIFERENCIA ENTRE LAS REGIONES:

    La plantación de mangles como medida de adaptación estricta y flexible

    En el norte, el gobierno ha fomentado la plantación de mangles para proteger los diques de contención, que sirven como una medida “estricta” para mitigar los riesgos y proteger los pueblos costeros de las tormentas. La mayoría de los manglares han sido calificados como medida de protección, negando así los derechos de uso de los habitantes locales. Esto a su vez ha llevado a conflictos de interés entre la lucrativa industria camaronera y las plantaciones de mangles por el control de los humedales costeros. Además, los miembros marginados de la sociedad han sido desplazados, especialmente las mujeres que dependen del acceso a la costa para recoger marisco salvaje, como almejas y cangrejos.

    El mayor programa de restauración y rehabilitación del norte del país fue llevado a cabo por la Cruz Roja Internacional y financiado por Japón y Dinamarca. Este programa patrocinó los proyectos de restauración y rehabilitación de manglares de los gobiernos locales, en los que se dio trabajo a los lugareños para plantar y proteger los manglares. Estos proyectos, llevados a cabo en ocho provincias, resultaron en la plantación de 18.000 hectáreas de manglares a lo largo de los 100 kilómetros que mide el dique de contención, para constituir una barrera protectora para la infraestructura.

    La función protectora de los manglares en el distrito de Kien Thuy (en la provincia de Thai Binh) quedó demostrada durante el tifón Damrey en 2005. Allí, el sistema de restauración de los manglares en la costa disminuyó la altura de las olas, de los 4 metros esperados a 0,5 metros, y el dique resultó ileso. Sin embargo, desde que en 2006 terminó la participación de la Cruz Roja, la compensación que reciben los habitantes locales por proteger los manglares ha bajado significativamente, tanto que ya no supone un incentivo suficiente para continuar protegiéndolos.

    La mayoría de los manglares del norte son monocultivos que maximizan las propiedades protectoras de los árboles, una estrategia de gestión forestal que la población local contrapone a su imposibilidad de proporcionar hábitats productivos para la industria pesquera, las almejas y los cangrejos.5

    La experiencia extraída de un programa de restauración de manglares desarrollado en el distrito de Tien Hay (provincia de Thai Binh), llevado a cabo por la Unión Europea en el delta del río Rojo muestra que hacer que la población ayude y participe es cada vez más difícil. Algunos lugareños se quejan de que el programa no les compensa adecuadamente por reducir su acceso a los cangrejos y las almejas, lo que ha producido un aumento en la tala ilegal de manglares.6

    En el sur, los donantes y los gobiernos locales han escogido una estrategia muy diferente. Han tratado la restauración y rehabilitación de manglares como un esfuerzo multifuncional flexible para aliviar la pobreza y diversificar los medios de vida protegiendo al mismo tiempo las áreas costeras. Muchas plantaciones son ricas en especies y se gestionan en base a ciertas disposiciones legales sobre el uso de la tierra, así que en la mayoría de las zonas los habitantes tienen derecho a la propiedad de la tierra.

    Consecuentemente, los manglares han proporcionado a las comunidades pesqueras tanto bienes y servicios ecológicos como beneficios en sus medios de vida, especialmente en zonas en las que la restauración se ha combinado con la creación de la capacidad y la formación así como con la provisión de servicios sociales como colegios y centros de salud, e infraestructuras como carreteras y electricidad.

    Según las estadísticas del gobierno, desde el año 2000 se ha declarado como productiva el 77% de la superficie forestal de manglares7 del sur de Vietnam. En esta superficie se han distribuido 33.000 familias y 62 organizaciones o grupos colectivos. Un ejemplo es el Proyecto de Protección y Desarrollo de Humedales Costeros llevado a cabo en el delta del Mekong entre 1997 y 2007. Este proyecto combinó la plantación de mangles con la emisión de contratos de arrendamiento de tierras forestales a cerca de 8.000 familias.8

    LECCIONES APRENDIDAS

    El experimento de restauración de manglares en diferentes regiones de Vietnam indica que las estrategias de adaptación con un único objetivo, como proteger las infraestructuras costeras de la subida del nivel del mar, pueden generar conflictos inesperados y traer consecuencias que entorpezcan la consecución del objetivo final. Se ha negado a los residentes de las comunidades locales la capacidad de ganarse el sustento mediante los bosques de manglares y los humedales debido a su condición de áreas protegidas, sin embargo, no hay otro “mercado” que les pueda compensar. Este fracaso, en parte, se debe a que esta estrategia de planificación convencional sólo permite una participación limitada de los múltiples grupos de interés, especialmente en las comunidades locales.

    El sur, por el contrario, ha tenido más éxito a la hora de incluir la adaptación en su proceso de planificación de desarrollo, y ha conseguido generar beneficios para todos los grupos de interés. Además, restaurar los manglares dentro de un proceso de planificación y acción más amplio es una estrategia con muchas más ventajas que inconvenientes, por lo tanto es más probable que aporte beneficios a las comunidades que una estrategia con un único objetivo, a pesar de incertidumbres futuras.

    Notas finales

    1 Tai et al. 2009.

    2 Tai et al. 2009.

    3 CCFSC 2001.

    4 Dasgupta et al. 2007.

    5 Osbeck et al. 2010.

    6 Osbeck et al. 2010.

    7 Que 2003.

    8 World Bank 2008a.

    46

    Hacer que la adaptación forme parte de un proceso de planificación del desarrollo mundial ha sido beneficioso para los grupos de interés

    NEPAL: Haciendo frente al riesgo de desbordamiento de un lago glacial

    Los glaciares contienen aproximadamente el 70% del agua dulce del mundo, y son especialmente susceptibles a los cambios de temperatura. Debido a su fusión y a los ya visibles impactos del cambio climático, los países montañosos están en busca de un método de adaptación eficaz.

    Susan Tambi Matambo, Experta Independiente.

    Arun Bhakta Shrestha, Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas

    En Nepal, los glaciares cubren aproximadamente un 9,6% del área total del país,1 y, debido al aumento de las temperaturas, están disminuyendo considerablemente, formando lagos glaciales que pueden desbordarse y provocar devastadoras inundaciones en los valles fluviales. Las temperaturas medias de Nepal están aumentando entre aproximadamente 0,04 y 0,09º C al año, aumentando más en alturas elevadas2 y agravando así la amenaza de desbordamientos.

    A finales de los 90, el gobierno de Nepal tomó medidas para prevenir el desbordamiento del lago glacial Tsho Rolpa, el más grande del país, situado a unos 110 kilómetros al noreste de la capital, Katmandú. Algunos expertos creen que estas medidas evitaron unas inundaciones catastróficas y que por tanto pueden ser de gran ayuda para futuras intervenciones.4

    MEDIDAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS

    En 1997, atendiendo a las advertencias de numerosos científicos que sostenían que el lago presentaba un grave riesgo de desbordamiento, el gobierno de Nepal inició unas medidas a corto y largo plazo para prevenir dicho riesgo y reducir los daños que podría causar. Para alertar a las comunidades asentadas en los valles de una inundación por desbordamiento, se instaló un sistema basado en una tecnología de radio de muy alta frecuencia (VHF) para transmitir las alertas de los sensores del Tsho Rolpa a las estaciones de alerta situadas en los valles locales. Las advertencias se emitían por sirenas de aire respaldadas por sirenas electrónicas.5 Se establecieron centros de gestión de datos, a cargo de personal especializado, para supervisar el funcionamiento del sistema. Finalmente, se construyó una estación de comunicación por dispersión meteórica para transmitir y recibir señales de las estaciones de alerta a una estación de detección con dispositivos capaces de tener un alcance de transmisión de las señales de radio a más de 1.500 kilómetros.6

    Con el apoyo del gobierno holandés, se instalaron estructuras físicas para reducir el tamaño del lago. Entre ellas se encuentra la instalación de sifones de prueba para rebajar el nivel del lago sin el empleo de bombas y, más tarde, se construyó un canal con compuertas para permitir una descarga de agua controlada. En el año 2000, se terminó la construcción de dicho canal y se consiguió rebajar tres metros el nivel del lago.7 Además, para alertar a los habitantes de los valles y a las autoridades de una inundación, el Banco Mundial apoyó la instalación de un sistema automático de sensores para detectar una posible inundación. Los sensores se colocaron justo debajo del Tsho Rolpa para detectar cambios en los flujos, y se incluyó un componente redundante para evitar falsas alarmas.

    LECCIONES APRENDIDAS

    El esfuerzo de Nepal para la prevención de inundaciones por desbordamiento de lagos glaciales ha traído lecciones tanto positivas como negativas para su gobierno y el de otros países con problemas similares. La colaboración con los organismos donantes fue crucial para una toma de medidas rápida una vez identificada la amenaza del Tsho Rolpa, e igualmente importante fue el esfuerzo coordinado entre varios ministerios del gobierno. La instalación de sifones de prueba en el lago y del sistema manual de alerta temprana, llevada a cabo por el ejército de Nepal, fue un esfuerzo coordinado dirigido por el Departamento de Hidrología y Meteorología, con el apoyo del ejército y la policía nepalíes, el Ministerio del Interior y el Departamento de Suministro de Agua. Al incluir a los científicos en el proceso político, el gobierno también garantizó que el proyecto estuviese basado en unos principios científicos y técnicos sólidos.8

    La participación de la población también fue eficaz durante la fase de implementación, ya que la población local colaboró tanto en la construcción de estructuras físicas para rebajar el nivel del lago como de los sistemas de alerta temprana.9 Durante mucho tiempo, dado que el sistema de VFH del lago era el único medio de comunicación de los lugareños, el sistema de alerta temprana fue un factor clave a la hora de transmitir la importancia del proyecto a la comunidad.10

    A pesar de que el canal para la descarga de agua controlada todavía funciona y se encuentra en buen estado, los sistemas de alerta temprana del Tsho Rolpa fueron destruidos en 2002 y, por lo tanto, dejaron de operar. Esto puede atribuirse a la ausencia de financiación para su mantenimiento, así como a la pérdida de la concienciación y preocupación por parte de las comunidades locales, que parecen haber olvidado la amenaza que supone el desbordamiento del lago.27 El hecho de que la educación pública actual no trate de manera adecuada los riesgos que suponen las inundaciones y la falta de participación de los lugareños en los programas de formación sobre el uso y la importancia del sistema de alerta temprana podrían explicar la pérdida de apoyo público y la destrucción del sistema.

    47

    Notas

    1 ICIMOD/UNEP 2001; Sharma 2010.

    2 Shrestha et al. 1999 ; Xu et al. 2007.

    3 Dahal 2008 ; Rana et al. 2000 Shrestha et al. 2004.

    4 Meteorcomm LLC 2010.

    5 Bell et al. 1999; Meteorcomm LLC 2010.

    6 Dahal 2008.

    7 Departamento de Hidrología y Meteorología 1997.

    8 Shrestha 2010.

    9 Shrestha 2007.

    10 Dahal 2008.

    CARACTERÍSTICAS DE LOS RIESGOS DEL IMPACTO DE INUNDACIONES POR DESBORDAMIENTO DE UN LAGO GLACIAL

    Incertidumbre: Fenómenos como avalanchas de rocas o nieve, terremotos o desplazamientos de hielo pueden desencadenar el desbordamiento de un lago glacial. Los científicos pueden identificar la presencia de tales fenómenos pero no pueden predecir el momento exacto en el que se producirá una avalancha o un terremoto.

    Cambios en el sistema climático: La formación y el crecimiento de los lagos glaciales en Nepal, incluido el lago Tsho Rolpa, puede atribuirse al cambio climático. Los estudios muestran un calentamiento considerable en Nepal, que aumenta progresivamente con la altura.

    Tiempo de retardo y cambios repentinos: El riesgo de desbordamiento de los lagos glaciales aumenta poco a poco con el paso del tiempo y puede ocurrir inesperadamente, lo que hace necesarias medidas preventivas a largo plazo y mecanismos de respuesta rápida.

    Dimensiones espaciales (impactos generalizados):

    La dimensión espacial del impacto del desbordamiento de un lago glacial puede variar mucho y depende del tamaño del lago, la forma en que se desbordará el agua y la configuración geomorfológica del valle fluvial. Una inundación provocada por el desbordamiento de un lago glacial hará que el agua baje a una gran velocidad y mezclada con una gran cantidad de lodo, restos vegetales y escombros. El daño en el área puede ser desastroso. El impacto indirecto, debido a la pérdida de medios de transporte, generación de energía eléctrica y otros servicios puede tener consecuencias a escala nacional.

    El esfuerzo proactivo de Nepal para la prevención de los desbordamientos de lagos glaciales desembocó en conclusiones tanto positivas como negativas para su gobierno y otros países con el mismo problema.

    INDICE y PRESENTACIÓN


    Edición en Amazón Kindle Digital
    https://www.amazon.es/dp/B0075X3BGA/

    Edición en Bubok Impreso papel
    https://www.bubok.es/libros/217732/Recursos-mundiales-Adaptacion-en-marcha-Tomando-decisiones-en-el-cambio-climatico

     

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    Enlace permanente |
     
  • Imagen de perfil de Noticias 24 horas

    Noticias 24 horas Publicado a las 19:52 el 10 de February del 2019  

    Adaptación en marcha: Capítulo 2: Cambio, vulnerabilidad y decisiones 

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    INDICE y PRESENTACIÓN

    CAMBIO, VULNERABILIDAD Y DECISIONES

    Los líderes mundiales cada vez están más de acuerdo en que la planificación y la adaptación a este veloz cambio climático debe ser una prioridad total para los gobiernos nacionales. Pero, ¿qué supone esto, en la práctica, para la planificación y desarrollo de políticas y para el día a día de los gobiernos?

    ¿Es necesario cambiar los procesos y prácticas de toma de decisiones corrientes? Y si lo es, ¿cómo? Históricamente, la humanidad siempre ha visto la toma de decisiones proactiva y a largo plazo como un gran desafío. Nuestros procesos de planificación y desarrollo de políticas suelen tardar en prever y reaccionar ante el cambio, así como en aprender de él.1 Los procesos de planificaciónexistentes tienden a prestar más atención a los riesgos actuales, lo cual es comprensible dada la naturaleza urgente del hambre, la falta de vivienda y otras necesidades de desarrollo. Por lo tanto, tendemos a restar importancia al futuro y a sus costes y beneficios.

    Tal y como explica el Cuadro 2.4, el cambio climático supondrá un desafío para los gobiernos y la sociedad que requerirá diferentes actitudes y estrategias en cuanto a la toma de decisiones. Hacer frente a estos desafíos implicará equilibrar los riesgos a corto y largo plazo mucho más de lo que lo hacemos hoy en día, y requerirá analizar en profundidad las ventajas e inconvenientes a la hora de dar prioridad a unas actividades de adaptación u otras. Los responsables de tomar las decisiones también tendrán que tener en cuenta la incertidumbre que rodea a los impactos climáticos.

    Al comienzo de este capítulo, presentamos tres aspectos del cambio climático a los que tendrán que hacer frente los directivos públicos: fenómenos meteorológicos más frecuentes o extremadamente intensos, variabilidad climática intensificada y cambios a largo plazo. También tenemos en cuenta la incertidumbre que rodea a todos los impactos climáticos. Posteriormente, situamos la toma de decisiones de adaptación en el contexto de desarrollo más amplio, e investigamos cómo los impactos de todos los tipos de cambio climático dependerán de la vulnerabilidad de las poblaciones, regiones y ecosistemas afectados. Por ejemplo, el azote de un ciclón en Australia no tendrá el mismo impacto humano, económico y social que tendría un ciclón de la misma fuerza en Birmania o Bangladesh. Por último, exploramos las características de una toma de decisiones de adaptación eficaz. Según nuestra investigación, las estrategias de toma de decisiones que sean ágiles, preventivas, flexibles, duraderas o sólidas, dependiendo del cambio climático al que hagan frente, tienen más posibilidades de éxito.

    CAMBIOS CLIMÁTICOS: FENÓMENOS EXTREMOS, VARIABILIDAD INTENSIFICADA Y CAMBIOS A LARGO PLAZO

    Gestionar los cambios no es algo nuevo. Los agricultores intentan anticipar y controlar los cambios en la ppproducción utilizando la información disponible sobre el coste de la mano de obra, la escasez de agua y los mercados de cultivo.2 Los gestores de los recursos hídricos elaboran esquemas de distribución teniendo en cuenta las sequías recientes, y sabiendo que los patrones de precipitación pueden cambiar.3 Los encargados de la planificación en el sector de la electricidad emplean previsiones del crecimiento económico y demográfico para calcular las necesidades futuras de energía que se deberán cubrir. El cambio climático añade otro nivel de cambio, aunque muy diferente, a los cambios que los directivos públicos están acostumbrados a hacer frente en las decisiones que sopesan a diario.4

    La toma de decisiones en cuanto al cambio climático requiere abordar tres tipos de cambio diferentes en el sistema climático de la Tierra: fenómenos meteorológicos más frecuentes o extremadamente intensos, variabilidad intensificada y cambios a largo plazo, (véanse los cuadros 2.1, 2.2 y 2.3). A lo largo de este informe, intentamos averiguar la probabilidad de que se produzcan estos tipos de cambio y debatimos cómo llevar a cabo la toma de decisiones, que, a pesar de ser complementaria en muchos de los casos, podría requerir estrategias políticas y de planificación individuales.

    En los que probablemente sean los marcos más complicados para los encargados de crear las políticas, se pueden dar los tres tipos de cambio al mismo tiempo. India, el segundo país más poblado del mundo, se enfrenta a esta situación. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que el subcontinente indio experimentará precipitaciones más intensas en periodos de tiempo más cortos, lo que provocará un aumento en las inundaciones por lluvias monzónicas, mientras que, al mismo tiempo, se prevé que el país sufra un gran descenso en los niveles de precipitación. Las previsiones también apuntan a que India vivirá una situación de falta de agua para el año 2025.5 Estas circunstancias crean un entorno idóneo para que se produzcan grandes impactos en cadena que afecten a recursos vitales, como, por ejemplo, el suministro de agua. Los directivos públicos deben estar preparados, especialmente si se tienen en cuenta las previsiones que apuntan a un aumento en la demanda de agua.

    2

    Fenómenos extremos

    Probablemente, la señal más evidente del cambio climático sea una mayor frecuencia de fenómenos extremos, tales como ciclones, temporales de gran intensidad y sequías. Los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos serán también los que causen mayores pérdidas a corto plazo.6 En las últimas décadas, han aumentado las muertes y los daños importantes a los medios de vida, los bienes y las infraestructuras por culpa de estos desastres, 7 debido a la influencia del cambio climático, el aumento de la urbanización y el crecimiento de la población, y se prevé que la situación continúe así.8

    Aunque los fenómenos meteorológicos extremos parezcan fenómenos aislados, están fuertemente ligados tanto a la intensificación de la variabilidad como a los cambios a largo plazo. De hecho, los cambios en la variabilidad climática y/o las condiciones climáticas medias pueden traer consigo cambios en la probabilidad de los fenómenos extremos.9 Por ejemplo, los cambios en los patrones de precipitación pueden llevar a sequías más frecuentes o intensas, desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra. Según el IPCC, los cambios en la presión atmosférica y la subida del nivel del mar pueden provocar situaciones extremas, como por ejemplo un grave aumento del oleaje. Los cambios en la temperatura también pueden llevar a situaciones extremas, como por ejemplo, fuertes olas de frío o calor.13 Esta última situación ya se está dando en todo el mundo. Según el IPCC, la media mundial de días fríos y heladas ha descendido, mientras que los días calurosos y las olas de calor han aumentado.14

    Variabilidad intensificada

    Algunos aspectos del clima, como las precipitaciones, presentan una variabilidad natural. La variabilidad climática puede darse durante un sólo año o bien durante periodos de tiempo más largos como una o varias décadas, y puede tener un papel importante a la hora de determinar las precipitaciones y temperaturas estacionales.

    Ya existen muchos patrones de variabilidad, algunos más conocidos que otros. Entre los ejemplos encontramos la Oscilación del Sur El Niño, el patrón de circulación en el Pacífico Oeste, la variabilidad interdecadal en el Pacífico Norte, la Oscilación del Atlántico Norte y la Oscilación Multidecadal del Atlántico.15

    Hay quien ya ha comenzado a tener en cuenta la variabilidad climática en sus planificaciones. Los agricultores, por ejemplo, saben que a veces se darán periodos de sequía más largos en ciertas épocas del año y cuentan con ello a la hora de planificar Sin embargo, dado que el clima cambia debido al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la variabilidad actual se intensificará en muchas regiones a medida que se alteren los patrones de precipitación y las temporadas de cultivo cambien en consecuencia.16 Por ejemplo, algunos modelos prevén que, en un corto periodo de tiempo, el mundo podría experimentar condiciones similares a las de El Niño de forma más permanente.17 Esto provocaría un aumento desigual de la temperatura de la superficie del mar. Como consecuencia, podrían darse precipitaciones más intensas entre largas temporadas de sequía, lo que supondría un alto riesgo de inundaciones. Por lo tanto, y desde el punto de vista de los responsables de tomar las decisiones, la intensificación de la variabilidad afecta a numerosos sectores económicos, incluidos sectores clave como la agricultura, la gestión del agua, la explotación forestal, la planificación urbanística y la salud pública.

    Cambios a largo plazo

    Además de los cambios en la variabilidad climática, las condiciones normales del sistema climático también pueden verse alteradas por la acumulación de gases de efecto invernadero. Los cambios en las temperaturas, las precipitaciones y la subida del nivel del mar, entre otros, pueden darse tanto a corto como a largo plazo. Este informe se centra en los cambios que afectarán a las condiciones climáticas normales a largo plazo, ya que es muy posible que supongan el desafío más difícil para los encargados de planificar y desarrollar las políticas, lo cual queda patente al ver que muchos gobiernos se han servido de estrategias a corto plazo para tratar impactos que se darán a muy largo plazo, como por ejemplo la subida del nivel del mar. Mientras que los cambios que afectan a las condiciones normales a corto plazo pueden provocar alteraciones de igual magnitud, están en su mayoría incluidos en el análisis de fenómenos extremos, ya que los cambios climáticos más peligrosos a corto plazo son los fenómenos extremos.

    2

    La temperatura media de la superficie de la Tierra ha aumentado 0,8º C en el último siglo, y durante los últimos 30 años se ha dado un aumento de 0,2º C por década.22 Las temperaturas mínimas diarias han subido a una velocidad mayor que las máximas, produciendo cambios en el número de días con heladas y en la duración de las temporadas de cultivo.23 La subida del nivel del mar ha acelerado este aumento, ya que la cantidad de agua de mar aumenta debido al calentamiento de los océanos y al derretimiento de los glaciares y los casquetes de hielo.24 La acidez de los océanos ha aumentado también un 30% comparado con los niveles preindustriales. Estos cambios tienen consecuencias importantes para los ecosistemas marinos y para las comunidades que confían en los servicios que estos ofrecen. Por ejemplo, la desaparición de organismos calcificantes, como los arrecifes de coral, que se ven dañados por el aumento de la acidez de los océanos, afectan a la principal fuente de proteínas de muchas comunidades costeras.25

    Algunos de los impactos a largo plazo del cambio climático, por ejemplo, la pérdida de las capas de hielo y el deterioro del funcionamiento de los ecosistemas, serán probablemente irreversibles. Estos impactos no sólo serán devastadores para algunas poblaciones, sino que podrían incluso borrar su identidad. Algunos pequeños estados insulares, por ejemplo, que se encuentran entre los países menos desarrollados, podrían volverse inhabitables debido a la subida del nivel del mar.26

    Incluso si estas tendencias fueran a estabilizarse en una evolución lineal, los encargados de planificar y desarrollar las políticas no se enfrentan a una tarea fácil.

    Al contrario, recientes estudios científicos indican que los impactos se están acelerando en muchos de los sistemas físicos, hidrológicos y ecológicos27 de todo el mundo, haciendo aún más difícil la planificación. Si no se abordan con rapidez algunos de los cambios que están teniendo lugar ahora, estos podrían provocar cambios importantes y potencialmente irreversibles en cuestión de décadas.

    Además, los cambios que se están dando ahora podrían crear círculos viciosos que podrían acelerar los cambios en el futuro. Los cambios en la forma en que las capas de hielo de los océanos reflejan la radiación solar, por ejemplo, pueden crear un círculo vicioso. A medida que la atmósfera se calienta, también se calienta y derrite el hielo. Mientras que el hielo refleja la radiación solar, el agua, al descubierto, es más oscura que el hielo, y por lo tanto, absorbe la radiación solar. Esto puede conducir a un mayor calentamiento de los océanos y una mayor pérdida de hielo,

    creando así un ciclo sin fin y perjudicando a las especies marinas.

    INCERTIDUMBRE

    Hoy en día existe un notable consenso de opiniones entre los científicos en cuanto al papel que juegan las actividades humanas en el cambio climático y la dirección que probablemente tomen muchos de los cambios que se esperan.29 Sin embargo, aún existe una incertidumbre respecto al grado y la magnitud que alcanzarán estos impactos en todo el mundo.30 Esta incertidumbre supone un obstáculo importante para elaborar unas decisiones oportunas y eficaces en cuanto al clima, ya que puede hacer que los responsables de tomar las decisiones no estén seguros de qué camino tomar, o incluso influenciar su opinión. Además, la incertidumbre se utiliza normalmente como excusa para no integrar los riesgos climáticos en los planes y políticas. Por esto, aprender a tenerla en cuenta y a lidiar con ella es un requisito importante para que la toma de decisiones de adaptación tenga éxito.

    La incertidumbre en cuanto a los impactos climáticos proviene de una falta de conocimiento de factores claves, como por ejemplo:

    – La magnitud de las futuras emisiones de gases de efecto invernadero.

    – La respuesta del sistema climático a estas emisiones.

    – La escala y alcance de los impactos climáticos en las regiones y en el ámbito local.

    – La respuesta de los ecosistemas a los impactos climáticos y como ésta a su vez cambia el flujo de los servicios de los ecosistemas.

    – Cómo interactuará el cambio climático con otros factores que provocan cambios en los sistemas físicos, hidrológicos y ecológicos, como el crecimiento demográfico

    – Qué acciones se llevarán a cabo tanto para mitigar el cambio climático como para adaptarse a él, y qué grado de eficacia tendrán a la hora de reducir la vulnerabilidad.

    La incertidumbre en cuanto a los impactos climáticos puede tener efectos cascada (véase la Figura 2.1), lo que complica tanto los fenómenos en sí como la labor de los responsables de la toma de decisiones. Por ejemplo, el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero dependerá del crecimiento demográfico, el desarrollo tecnológico y el uso de la energía, así como de los tipos de políticas para la mitigación del cambio climático que adopten los países y de los cambios en la actitud de la sociedad.31 Otros tipos de incertidumbre tienen que ver con el hecho de que no existe una relación uno a uno entre los aumentos de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero y los consiguientes aumentos de la temperatura global. En lugar de eso, existe un intervalo de temperaturas probables que podrían resultar de una concentración dada de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

    Por consiguiente, los gobiernos tienen que prepararse para una serie de posibles impactos que podrían darse en los sistemas biológicos, hidrológicos y físicos. Además, el efecto de estos impactos dependerá de las circunstancias sociales, políticas, económicas y ecológicas de cada lugar. Este problema se agrava por el hecho de que, normalmente, la incertidumbre se magnifica a lo largo de periodos de tiempo más extensos.32

    Desde el punto de vista de los responsables de la toma de decisiones, una de las fuentes de incertidumbre más importante surge de la falta de resolución de unos modelos climáticos universales en la escala local y nacional, los ámbitos que más les preocupan. Mientras que algunos modelos intentan trazar cambios en el ámbito local, la mayoría de las previsiones se centran en los ámbitos regionales o globales. Incluso si la media de impactos globales se pudiera predecir con exactitud, dichos impactos estarían distribuidos de forma desigual en el planeta. Por ejemplo, incluso experimentando cambios mínimos en la temperatura media global, se prevé que los polos experimenten un cambio de temperatura mucho más grande.33

    VULNERABILIDAD

    El cambio climático y sus impactos variarán dependiendo de la zona. El impacto de sequías, ciclones, cambios en las precipitaciones estacionales y subida del nivel del mar estará en parte determinado por la vulnerabilidad de las poblaciones y ecosistemas de los lugares en los que éstos ocurran. Estas diferencias respecto a la vulnerabilidad – tanto dentro como entre los países- derivan de una gran variedad de factores sociales, económicos, políticos, geográficos y ecológicos. Tal y como reconoce el PNUD en el Informe sobre el Desarrollo Humano 2007/2008, “El riesgo climático es una realidad para todos los seres humanos. La vulnerabilidad es algo muy diferente. Retrata una incapacidad para gestionar los riesgos sin verse obligado a tomar decisiones que tarde o temprano pongan en peligro el bienestar de los seres humanos.”34

    Los esfuerzos para el desarrollo ya se están viendo perjudicados por fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones de Pakistán en 2010, y por la intensificación de la variabilidad, como la alteración de los patrones del monzón, que afectan a la producción de los cultivos y a los medios de vida. Sólo en 2005, la sequía amenazó a más de 14 millones de personas en el África subsahariana.35 Muchas comunidades afectadas ya son vulnerables debido a la pobreza, las prácticas deficientes en la gestión de la tierra y los conflictos, tanto dentro como entre los países. Son las mujeres quienes corren un mayor peligro, ya que normalmente tienen un acceso limitado o nulo a los créditos y los derechos de tierra, y suelen estar marginadas en la sociedad, lo que reduce su capacidad de adaptación a los cambios en las circunstancias. (Véase el Cuadro 2.5)

    Será de vital importancia para los planificadores y encargados de desarrollar las políticas en los países en vías de desarrollo considerar las diferencias de la vulnerabilidad entre las poblaciones afectadas a la hora de diseñar intervenciones para reducir los riesgos climáticos, ya que la pobreza y otros aspectos de la vulnerabilidad de hoy definirán los resultados del cambio climático mañana.

    La vulnerabilidad de una comunidad o individuo a un particular tipo de cambio climático dependerá de tres factores: la desprotección, la sensibilidad y la capacidad de adaptación.41 Estos están a su vez definidos por otros elementos como por ejemplo, el género, la edad, la raza, la etnicidad, la posesión de una vivienda, el empleo, la estructura familiar, la educación y el acceso a la sanidad.42 Por ejemplo, una comunidad de las tierras bajas del África subsahariana se verá más desprotegida, y por lo tanto será más vulnerable, ante la propagación, inducida por el cambio climático, de un mosquito portador de una enfermedad que una comunidad que viva en las montañas, donde todavía no se ha extendido la enfermedad. En la comunidad de las tierras bajas, sin embargo, los ancianos y los débiles serán más susceptibles y sucumbirán a la enfermedad más fácilmente. Por otro lado, aquellos residentes que tengan una mayor capacidad de adaptación, que por ejemplo dispongan de transporte para desplazarse a tierras más altas o de dinero para comprar medicinas, serán menos vulnerables que aquellos que no tengan la opción de abandonar la zona.

    El cambio climático puede interactuar directamente con otros factores determinantes de la vulnerabilidad, creando una reacción en cadena que limite la capacidad de las comunidades para hacerse resilientes.43 Una región que tenga que afrontar una escasez de alimentos puede volverse más susceptible a las enfermedades debido a la malnutrición.44 Una ciudad que ha sufrido inundaciones estará más expuesta a enfermedades de transmisión por agua, afectando así a la productividad laboral debido a la indisposición de la población.45 Si la tierra queda inhabitable, las poblaciones pueden verse obligadas a desplazarse y tener que compartir los recursos naturales, que suelen ser escasos. Esta intensificación de la presión puede generar conflictos, como por ejemplo, disputas por la tierra y las reservas de agua.46

    Algunos de los factores determinantes de la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático escapan al control de los gobiernos, por ejemplo, la geografía. Otros podrían resultar de acciones públicas llevadas a cabo durante varias décadas, como la distribución de tierras. Por ejemplo, talar árboles de las laderas por falta de fuentes alternativas de combustible puede provocar la erosión del suelo, lo que puede a su vez aumentar la vulnerabilidad de la zona a los deslizamientos de tierra durante una tormenta.

    En la siguiente sección describimos cómo los resultados de los tres tipos de cambio climático mencionados anteriormente (fenómenos extremos, variabilidad intensificada y cambios a largo plazo) están definidos por la vulnerabilidad. Nuestro objetivo es subrayar cuán necesario es para los encargados de la planificación y el desarrollo de políticas en los países en vías de desarrollo concentrar sus esfuerzos de adaptación en reducir la vulnerabilidad.

    Fenómenos extremos

    La vulnerabilidad existente determina los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos. La población pobre carece a menudo de ahorros y redes de seguridad para protegerse ante la destrucción que generan ciclones, inundaciones y otros desastres naturales.47 Tienen muy pocas opciones a su disposición, y, por lo tanto, una menor capacidad de adaptación. Las familias y comunidades pobres normalmente tienen un acceso limitado a los seguros, préstamos y créditos.48 Por eso, en tiempos difíciles, por ejemplo tras un fenómeno extremo, es posible que tengan que racionar la comida, vender bienes tales como cabezas de ganado, o sacar a sus hijos del colegio. Estas respuestas pueden tener efectos cascada, y no sólo agravar la vulnerabilidad de inmediato sino también generar vulnerabilidades a largo plazo, como hambre crónica y analfabetismo en la población.49

    Los fenómenos meteorológicos extremos pueden por lo tanto alterar notablemente el curso del desarrollo de los países y las comunidades, haciéndolos retroceder en el tiempo años o incluso décadas.50 Según el PNUD, “Un único fenómeno meteorológico puede crear un ciclo acumulativo de problemas que se transmitirá de generación en generación».51 Los desastres repetidos pueden tener un efecto aún mayor,52 ya que no dejan tiempo de recuperación a los afectados y debilitan los esfuerzos para paliar la pobreza.53 Etiopía, por ejemplo, experimentó varias sequías graves entre 1999 y 2004. Las investigaciones apuntan a que si las comunidades afectadas hubieran tenido más tiempo entre estos fenómenos para recuperarse acumulando bienes y préstamos, la tasa de pobreza en dichas comunidades habría sido un 14% más baja en 2004.54

    Variabilidad intensificada

    Las formas en las que puede manifestarse la variabilidad climática también están determinadas por la vulnerabilidad. Las comunidades que dependen en gran medida de ecosistemas sensibles al cambio climático o de sectores económicos como la agricultura son más vulnerables a la variabilidad climática intensificada, como por ejemplo patrones de precipitación alterados. La Figura 2.2 ilustra como el PIB refleja los cambios en los patrones de precipitación en Etiopía, donde los cultivos de secano, que dependen del agua de lluvia, son de vital importancia para el trabajo, el sustento y la seguridad alimentaria.55 Del mismo modo, los agricultores de Borneo Central, en Indonesia, siempre han utilizado la quema para preparar el terreno, porque no disponen de muchas alternativas. Sin embargo, esta práctica puede provocar incendios devastadores en años con precipitaciones poco frecuentes, un patrón que a su vez depende de la temperatura de la superficie del mar y del ciclo de El Niño – Oscilación Sur (véase la Figura 2.3).

    Por otro lado, el papel que juegan los ecosistemas sensibles al clima a la hora de determinar la vulnerabilidad puede resultar muy positivo si se emplean medidas que refuercen dichos ecosistemas y aporten también otros beneficios importantes. Los programas de restauración de manglares en el sur de Vietnam tienen una doble función: actúan como protección ante marejadas y crean un ambiente favorable para el desarrollo de empresas de acuicultura (véase el estudio de caso práctico de Vietnam de la página 43).

    Cambios a largo plazo

    La vulnerabilidad subyacente puede determinar los resultados de los cambios a largo plazo. Por ejemplo, en muchas regiones, las reservas de agua son ya escasas debido a prácticas agrícolas ineficaces. Dicha escasez se verá acentuada por el cambio climático, y afectará especialmente a un sexto de la población mundial, que depende del agua proveniente de los glaciares y la nieve acumulada, que se prevé que disminuya a lo largo del próximo siglo.56 Los cambios a largo plazo también incluyen la subida del nivel del mar, cuyos efectos podrían ser graves para las poblaciones costeras y los países de baja altitud de África, Asia, América y las islas del Pacífico, cuya situación geográfica las hace vulnerables. De este modo, los impactos del cambio climático pueden añadir otros factores de estrés y agravar así la vulnerabilidad tanto de la población como de los ecosistemas que les proporcionan sus necesidades básicas.

    Las comunidades que son ya frágiles, al verse más estresadas por el cambio climático, podrían ver aumentada su disfuncionalidad hasta el punto de sufrir un colapso del orden social. Algunas comunidades podrían verse obligadas a emigrar si la adaptación en un lugar determinado se vuelve imposible. Como consecuencia, los impactos climáticos que afecten a una comunidad pueden convertirse en impactos regionales, o incluso globales, a medida que las poblaciones y las especies emigren. Como afirmó recientemente el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, «El cambio climático también puede contribuir al desplazamiento de las poblaciones de un país a otro mediante la aceleración de la sequía, la desertificación, la salinización de las aguas subterráneas y el suelo y la subida del nivel del mar.”57


    CARACTERÍSTICAS DE UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ EN UN CLIMA CAMBIANTE

    La investigación llevada a cabo por Recursos Mundiales apunta a que los desafíos particulares que presenta el cambio climático requerirán estrategias de toma de decisiones que presenten ciertas características que se ajusten a los tipos de cambios, incertidumbres y vulnerabilidades que describe este informe. En las secciones siguientes explicamos por qué es necesario que la toma de decisiones de adaptación sea ágil, preventiva, flexible, duradera o sólida, dependiendo del tipo de cambio al que pretenda hacer frente. Una toma de decisiones que presente estas características tiene más probabilidades de evaluar los riesgos climáticos adecuadamente, formular planes que tengan en cuenta la incertidumbre, y pasar las pruebas del tiempo y la aceptabilidad. Sin embargo, estas cinco características de los tipos de toma de decisiones para combatir el cambio climático no son de ningún modo exhaustivas. Una serie de principios de gobierno también será esencial si queremos que la toma de decisiones de adaptación sea eficaz y ayude a los más vulnerables.58

    CINCO CARACTERÍSTICAS PARA UNA TOMA DE DECISIONES EFICAZ

    La necesidad de una toma de decisiones ágil

    Ágil

    Un proceso de toma de decisiones ágil podría crear por anticipado políticas y planes para después de que el cambio climático haya tenido lugar, para reaccionar al mismo con rapidez.

    A la hora de afrontar las consecuencias de fenómenos extremos, los procesos de toma de decisiones tendrán que reaccionar rápidamente ante la información sobre los impactos en la población y los ecosistemas causados por dicho fenómeno. Lo ideal sería que los gobiernos pudieran con el tiempo pasar de una toma de decisiones ágil a una preventiva, de aliviar los efectos de los desastres a reducir los riesgos y estar preparados para ellos. Bangladesh, uno de los países más propensos a los desastres naturales, (véase la página 100), constituye un buen ejemplo de este tipo de progresión en las políticas nacionales.

    La necesidad de una toma de decisiones preventiva

    Preventiva

    Un proceso de toma de decisiones preventivo podría crear por anticipado políticas y planes para antes de que tenga lugar un cambio climático, es decir, el proceso de toma de decisiones se prepararía para dicho cambio climático y sus impactos.

    Dada la naturaleza acumulativa del cambio climático y su duración en el tiempo, la necesidad de anticipar y actuar frente a los riesgos climáticos con antelación es especialmente urgente. Aparentemente, los cambios climáticos que están aumentando hoy en día y que no reduzcan su intensidad a corto plazo podrían manifestarse durante décadas como cambios potencialmente irreversibles. Entre los ejemplos encontramos la pérdida de capas de hielo glaciar, de culturas únicas y de diversidad de especies, o el deterioro de ciertos sistemas biológicos, físicos e hidrológicos.60

    Por lo tanto, si queremos alcanzar los objetivos de desarrollo y medioambiente, los procesos de toma de decisiones deben ser proactivos, anticipando los fenómenos extremos, la variabilidad y los cambios a largo plazo y sus consecuencias.

    Por ejemplo, un planificador podría decidir no instalar una central hidroeléctrica en un área que podría sufrir sequías en una década.

    La necesidad de una toma de decisiones flexible

    Flexible

    Un proceso de toma de decisiones flexible es aquella que adapta los planes y políticas de los cambios climáticos en curso, reajustando cada respuesta en base a los conocimientos adquiridos en experiencias previas y a las nuevas condiciones.

    A medida que aumenta la temperatura global, las condiciones podrían cambiar con rapidez, a lo largo de los días, estaciones y años. La toma de decisiones deberá ser flexible, o adaptativa, y tendrá que ser capaz de adaptarse a la nueva información y condiciones para poder responder al dinamismo de un clima cambiante (véase el Cuadro 2.6). Tal y como planteamos en este informe, hay varias formas de aumentar la flexibilidad de las decisiones, entre ellas la disposición de revisiones regulares y la inversión en el seguimiento continuo de los cambios en las condiciones. Dependiendo de las medidas adoptadas, la flexibilidad puede suponer un gasto importante o modesto. Por ejemplo, la creación de procedimientos de revisión en los planes a largo plazo puede ser económica y permitir reevaluar periódicamente de las estrategias.

    La necesidad de una toma de decisiones duradera

    Duradera

    Un proceso de toma de decisiones duradero genera planes y políticas que se adaptan a la naturaleza permanente de ciertos tipos de cambio climático.

    Una toma de decisiones duradera que genere respuestas sólidas y a largo plazo es de gran importancia a la hora de gestionar los cambios climáticos permanentes. Esto requerirá planes y políticas que abarquen horizontes a largo plazo, más allá de los ciclos políticos y la creación de políticas a corto plazo. Esta toma de decisiones también hará necesario un compromiso por parte de los donantes más allá del ciclo tradicional de proyectos, así como un liderazgo fuerte y comprometido por parte de los gobiernos, para favorecer que las decisiones soporten los cambios que tengan lugar durante largos periodos de tiempo. En los capítulos sobre diseño institucional e información debatimos estas y otras condiciones.

    La durabilidad no tiene por qué estar en conflicto con la flexibilidad, aunque pueda parecer que estas características son opuestas. Por ejemplo, es posible desarrollar un plan a 50 años con procesos de revisión cada cinco años, garantizando así tanto que el proceso se dé a largo plazo como que exista la posibilidad de hacer cambios en el curso del mismo para responder a las circunstancias que vayan evolucionando.

    La necesidad de una toma de decisiones sólida

    Sólida

    Un proceso de toma de decisiones sólida puede dar como resultado planes y políticas que sean efectivas a la hora de gestionar una gran variedad de posibles impactos asociados con un tipo de cambio climático determinado. Esto es necesario debido a la incertidumbre que rodea a la duración, escala y alcance de algunos tipos de cambio climático.

    Teniendo en cuenta la incertidumbre en cuanto a cómo se desarrollarán los impactos climáticos, es necesario que existan unas estrategias sólidas para la toma de decisiones, para que este asunto no pierda importancia y sea eficaz para diferentes situaciones de cambio climático. Intervenciones sólidas son aquellas que funcionan ante una amplia variedad de condiciones climáticas y permiten que comunidades y ecosistemas prosperen y estén preparados para múltiples riesgos posibles. Por ejemplo, un sistema de producción de electricidad distribuida que se basa en múltiples fuentes de generación puede soportar los cambios en los patrones de precipitación mejor que una central hidroeléctrica con una producción parecida, pero que puede ser vulnerable a situaciones de sequía extrema.

    Características de la toma de decisiones

    Para una toma de decisiones que refleje estas características no siempre será necesario empezar de cero. Concretamente, para climas extremos, ya existe una gran variedad de estrategias tanto de respuesta como de prevención. Los gobiernos del mundo entero se han comprometido a mejorar su capacidad de respuesta y preparación para los desastres naturales, basándose en las conclusiones extraídas.61 Además, la comunidad internacional para la gestión de desastres está proponiendo prácticas mejoradas para integrar los riesgos climáticos y entablando relaciones con los expertos en adaptación al cambio climático.62

    Las estrategias de gestión de riesgos, por su parte, han aumentado la capacidad de los países de reducir y transferir riesgos al hacer frente a fenómenos extremos.63 Por ejemplo, el gobierno de China destinó más de 3.000 millones de dólares a la prevención de inundaciones entre los años 1960 y 2000. Según el Banco Mundial, las inundaciones que tuvieron lugar durante este periodo hubieran causado una pérdida adicional de 12.000 millones de dólares en daños64 si no se hubieran tomado estas medidas. Si no se toman medidas de prevención (lo cual ocurre a menudo), el desarrollo de los planes y políticas de contingencia puede mejorar la respuesta a los desastres mediante la implantación de sistemas de alivio y recuperación.65

    Para otros tipos de cambio, podría ser necesaria una transformación importante en los procesos de toma de decisiones. La flexibilidad es esencial para abordar la variabilidad intensificada. Adoptando estrategias que puedan adaptarse a las circunstancias cambiantes y a la información nueva, los encargados de desarrollar las políticas y los donantes pueden reducir la vulnerabilidad de poblaciones y ecosistemas ante los cambios en los ciclos climáticos estacionales e interanuales.

    Se pueden extraer algunos ejemplos específicos de esta investigación, descritos más detalladamente en capítulos posteriores, como por ejemplo inversiones de los gobiernos en actualizaciones continuas y globales de la información relevante para las decisiones, que se puede incluir regularmente en las actividades de adaptación.

    A la hora de prepararse para los cambios a largo plazo en el sistema climático, los encargados de tomar las decisiones tendrán que decidir entre atender a las preocupaciones inmediatas, como las necesidades humanas básicas, o dedicarse a la prevención de impactos futuros (por ejemplo, la subida del nivel del mar) que requieren una acción para la adaptación temprana (por ejemplo, las decisiones sobre si aumentar la protección de las costas). Muchas de las decisiones que se tomen hoy, especialmente aquellas que son difícilmente reversibles, como la construcción de infraestructuras y la implantación de políticas de desarrollo, 66 afectarán a la capacidad de las generaciones venideras de hacer frente a los efectos duraderos del cambio climático.67

    Los encargados de tomar las decisiones también tendrán que lidiar con las incertidumbres que rodean a los impactos del cambio climático. Si la sociedad fracasa a la hora de planear ciertos impactos y de adoptar medidas sólidas para combatirlos, se perdería el dinero invertido y se reducirían los objetivos de desarrollo. Una planificación deficiente también puede conducir a soluciones costosas con resultados negativos, como la construcción de grandes centrales hidroeléctricas en zonas en las que los niveles de precipitación podrían descender, o la expansión a lo largo de la costa en ciudades vulnerables a la subida del nivel del mar.

    Para evitar estos resultados, los gobiernos deberían diseñar planes y políticas que funcionen en situaciones climáticas diversas. Una forma conseguir un equilibrio entre los objetivos políticos a corto o largo plazo y la incertidumbre es aumentando la creación de políticas de adaptación que impidan tanto bloquearse ante la vulnerabilidad futura como cerrar las puertas a una acción más agresiva si fuera necesario.68 En un nivel muy básico, por ejemplo, los ingenieros pueden diseñar puentes que puedan levantarse en el caso de que la subida del nivel del mar sobrepase las estimaciones iniciales (véase también los mapas de ruta de decisión del Capítulo 6). En este informe se sopesan ésta y otras soluciones.

    La complejidad de tomar decisiones eficaces frente al cambio climático con la vulnerabilidad como telón de fondo y la incertidumbre rodeando sus impactos requiere unas respuestas políticas y una planificación globales. Los siguientes cinco capítulos describen como la toma de decisiones de adaptación puede hacerse más eficaz si se adoptan los siguientes cinco elementos clave, adaptados para combatir el cambio climático: participación ciudadana, información relevante para las decisiones, diseño institucional, herramientas para la planificación y creación de políticas y recursos.

    INDICE y PRESENTACIÓN


    Edición en Amazón Kindle Digital
    https://www.amazon.es/dp/B0075X3BGA/

    Edición en Bubok Impreso papel
    https://www.bubok.es/libros/217732/Recursos-mundiales-Adaptacion-en-marcha-Tomando-decisiones-en-el-cambio-climatico

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    Enlace permanente |
     
  • Imagen de perfil de Noticias 24 horas

    Noticias 24 horas Publicado a las 19:48 el 10 de February del 2019  

    Adaptación en marcha: Capítulo 1: La urgencia de la adaptación 

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    INDICE y PRESENTACIÓN

     

    Capítulo 1: La urgencia de la adaptación

    LA URGENCIA DE LA ADAPTACIÓN

    El cambio climático definirá el futuro de las comunidades del mundo entero. Responder a impactos climáticos tan diversos como unos patrones de precipitación alterados, fenómenos meteorológicos más frecuentes o extremadamente intensos o la subida del nivel del mar supondrá un auténtico desafío para los responsables de tomar decisiones en los gobiernos y en todos los sectores de la economía. ¿Qué medidas se deberían tomar para proteger las infraestructuras vitales, tales como carreteras, presas y fábricas, o para garantizar la seguridad de las viviendas, tanto ya construidas como de futura construcción? ¿Qué políticas se deberían adoptar o qué inversiones se deberían hacer para favorecer la adaptación de la agricultura a los cambios en las precipitaciones y en la temperatura y asegurar así el abastecimiento de alimentos en el ámbito local? ¿Cómo se deberían gestionar ecosistemas tan vulnerables como bosques o arrecifes de coral para que conserven los servicios vitales que prestan y los medios de vida que sustentan?

    Las decisiones que se tomen para resolver estas cuestiones influenciarán la trayectoria del crecimiento y desarrollo de las comunidades y naciones en los próximos años. Sin embargo, estas decisiones no suelen ser claras ni concisas, y suelen generar polémica. Su dificultad reside en la complejidad de los sistemas naturales y las economías nacionales, la incertidumbre inherente a las previsiones sobre los impactos climáticos y la diversidad de grupos de interés a los que estas decisiones deben servir. Así pues, no sorprende que muchos gobiernos no estén seguros de cómo enfocar las decisiones relacionadas con esta adaptación de forma que respondan eficaz y equitativamente tanto a los problemas medioambientales como a los sociales y económicos.

    Recursos Mundiales se ocupa de la dificultad y la necesidad urgente de la toma de decisiones de adaptación. Analiza las prácticas actuales de toma de decisiones, reconociendo el desafío que supone anticipar y responder a los riesgos que plantea el cambio climático tanto a corto como a largo plazo en las políticas y planes nacionales. También se centra en cómo los gobiernos nacionales, especialmente los de los países en vías de desarrollo, pueden adaptarse al cambio climático integrando los riesgos climáticos en sus prácticas actuales en un esfuerzo por aumentar la resiliencia de sus comunidades y ecosistemas. Esta edición de

    Recursos Mundiales examina cinco elementos clave para una toma de decisiones de adaptación exitosa:

    Participación ciudadana ¿Cómo se puede favorecer la comprensión, el apoyo y la participación de la población en el proceso de adaptación?

    Información relevante para las decisiones ¿Qué tipo de información se necesita para promover la comprensión pública y el apoyo a las políticas firmes, y dirigir un proceso de adaptación con éxito? ¿Cómo debería recopilarse y divulgarse esta información?

    Diseño institucional ¿Cómo se deberían modificar las estructuras, las comisiones, los procesos de los organismos gubernamentales y otras instituciones relevantes para planificar y apoyar la adaptación climática de forma más eficaz?

    1

    Herramientas para la planificación y creación de políticas ¿Qué herramientas de planificación, evaluación y análisis tienen a su alcance los responsables de tomar decisiones para comprender mejor los riesgos climáticos y la vulnerabilidad, y decidir así entre las opciones de adaptación disponibles?

    Recursos ¿Qué recursos financieros, humanos, ecológicos y sociales se necesitarán para desarrollar y llevar a cabo con éxito planes de adaptación, políticas e iniciativas?

    Para informar del estudio de estos cinco aspectos cruciales para la toma de decisiones de adaptación, Recursos Mundiales ha llamado la atención de líderes de todo el mundo sobre la importancia de informarse sobre los esfuerzos que ya se están realizando para combatir el cambo climático. Más de 100 expertos en adaptación, funcionarios públicos, profesionales de distintos sectores y representantes de la sociedad civil de más de 30 países han participado en este proyecto, una de las mayores colaboraciones hasta el momento, destinado a constituir una lección decisiva para reforzar y aumentar los esfuerzos de adaptación. El informe completo está disponible en http://www.worldresourcesreport.org y contiene un extenso archivo con más de 50 artículos y comentarios especializados, así como los procedimientos de varios ejercicios de simulación y debates sobre la toma de decisiones. Estas aportaciones conforman el núcleo del análisis y la orientación aquí presentados. Además, 12 estudios de caso realizados en diversos lugares del planeta ilustran muchas de las conclusiones del informe y ejemplifican las propuestas, políticas y prácticas más innovadoras.

    La urgencia de la adaptación

    El interés por la adaptación a los impactos del cambio climático ha surgido en los últimos años, impulsado tanto por los avances en la ciencia climática como por los fenómenos que han tenido lugar en el planeta. El mundo ha presenciado recientemente una serie de fenómenos meteorológicos tan extremos que están al límite de la experiencia del hombre moderno. Durante el verano de 2010, Pakistán sufrió la inundación de una quinta parte de su territorio. Esta catástrofe afectó a 20 millones de personas, inundó miles de colegios y centros de salud y destruyó 2,2 millones de hectáreas de cultivo. Prácticamente al mismo tiempo, una ola de calor histórica en Moscú y sus alrededores provocó más de 10.000 muertes y grandes incendios en turberas y bosques. Cerca de un tercio de la producción de cereal de Rusia se perdió, lo que trajo como consecuencia una subida de los precios en el mundo entero. A principios de 2011, una inundación producida por lluvias torrenciales anegó en Australia una superficie equivalente a la de Francia y Alemania juntas, mientras que en Brasil las fuertes lluvias desencadenaron deslizamientos de tierra que acabaron con la vida de más de 600 personas, uno de los desastres mundiales más mortíferos registrados en este país.

    1

    La preparación y respuesta frente a los desastres y fenómenos extremos es una capacidad nacional crucial, especialmente en un clima cambiante, en el se prevé que la intensidad o la frecuencia de eventos como olas de calor o fuertes precipitaciones aumente en muchas regiones.1 Sin embargo, el cambio climático requerirá más acción por parte de los gobiernos, la sociedad civil y los donantes a medida que los cambios a largo plazo vayan transformando los ciclos y sistemas globales. Los glaciares del mundo entero ya se están derritiendo,2 y a una velocidad superior a la de los últimos 5000 años.3 Brasil, por ejemplo, ha experimentado lluvias torrenciales en invierno durante cuatro años seguidos, así como las dos peores sequías de los últimos cien años en la cuenca occidental amazónica,4 concentradas en un periodo de cinco años. Todo esto apunta a que este patrón meteorológico podría convertirse en lo “normal» en este país en un corto periodo de tiempo. China se enfrenta a la sequía más larga de los últimos 60 años, que pone en serio peligro sus cultivos de trigo.5 El cambio climático amenaza con alterar tanto la estructura como la función de los ecosistemas, transformando así la existencia de cientos de millones de personas que dependen de estos medios de vida, esenciales en gran parte del planeta.

    Existe una gran incertidumbre sobre la forma en que se desarrollarán algunos impactos climáticos, lo que complica la respuesta de los gobiernos nacionales. Por ejemplo, las previsiones de precipitación en Ghana para 2050 van desde un aumento del 49% hasta un descenso del 65% respecto a los niveles de 2010, lo que supone un gran reto en la planificación de sectores como la agricultura y la generación de energía hidráulica.6 Sin embargo, la incertidumbre no puede convertirse en una excusa para la pasividad. Al contrario, en un futuro próximo, tanto la planificación de los riesgos climáticos como la adaptación a los mismos deberán convertirse en prioridades para los gobiernos nacionales, que tendrán que prestar una especial atención a los miembros más vulnerables de la sociedad. (Véase el Mapa 1.1)

    Aunque esta perspectiva parezca desalentadora, ya sabemos mucho sobre las acciones que pueden favorecer el desarrollo y aumentar la resiliencia al cambio climático. Muchas son opciones que, con un presupuesto bajo, consiguen mejoras considerables, y que podrían ser elegidas por los gobiernos y los donantes por motivos de mayor importancia. Un ejemplo de este tipo de opciones es la plantación de mangles: es un pequeño acto que no sólo ayuda a rehabilitar la pesca, sino que a la vez favorece la protección de la costa. Otras acciones requerirán considerar las opciones de desarrollo desde el punto de vista climático. Por ejemplo, los encargados de la planificación urbanística podrían optar por expandir las ciudades costeras hacia el interior en lugar de hacerlo a lo largo de la costa.

    La forma en que los gobiernos tomen estas decisiones es crucial para el bienestar tanto de nuestra generación como de las venideras. El mundo será diferente en un clima cambiante, y los gobiernos deben ser capaces de responder con eficacia y equidad, y conseguir involucrar a las comunidades y proteger a los más vulnerables.

    Los desafíos de la planificación y el desarrollo de políticas

    Una toma de decisiones de adaptación eficaz requerirá un cambio importante en la forma en que la mayoría de los gobiernos planifican hoy en día los riesgos relacionados con el clima. Los países deberán no sólo mejorar su capacidad de prever los fenómenos climáticos extremos y reaccionar ante ellos, sino también planificar sus acciones en función de la variabilidad climática local y regional, como patrones del monzón alterados, y los cambios climáticos a largo plazo, como la subida del nivel del mar. El efecto combinado de estos cambios físicos profundos podría impactar a una gran parte de la población.

    Aunque los científicos han ampliado enormemente nuestro conocimiento sobre los impactos climáticos, los riesgos que plantea el cambio climático todavía se deben integrar sistemáticamente en el desarrollo de políticas, planes, prácticas e inversiones. Este informe sostiene que es imprescindible que los donantes y los gobiernos comiencen a incorporar los riesgos climáticos en el desarrollo económico y en los procesos en curso de planificación y desarrollo de políticas, especialmente en sectores como el desarrollo urbanístico, la planificación costera, la agricultura, la gestión del agua, la explotación forestal y la producción de energía eléctrica.

    La incorporación de los riesgos climáticos en los procesos de toma de decisiones es necesaria para combatir los impactos que afectan al bienestar del ser humano, a la diversidad de especies y a funciones cruciales desempeñadas por sistemas físicos, hidrológicos y ecológicos. Además, si los planes y políticas no se encargaran de esto, los gastos de los gobiernos y los donantes destinados específicamente a fomentar el desarrollo podrían resultar menos efectivos y no lograr sus objetivos.

    En Pakistán, por ejemplo, costaría cientos de millones de dólares reconstruir las infraestructuras y medios de vida que se financiaron con la ayuda para el desarrollo de las regiones rurales pobres y que las inundaciones de 20120 destruyeron de un día para otro. Tener en cuenta los futuros riesgos climáticos en el diseño y construcción de las nuevas infraestructuras será indispensable para conseguir los objetivos de desarrollo presentes y futuros.

    Además, mientras que la preparación para los desastres suele ser el primer paso para combatir el cambio climático, una planificación y creación de políticas de adaptación centrada en las necesidades urgentes a corto plazo y las respuestas de emergencia corre el riesgo de fracasar en la preparación para los impactos a largo plazo, como los cambios graduales en la superficie glacial o la subida del nivel del mar, cuyos efectos probablemente sean incluso más devastadores en la agricultura, el suministro de agua y los asentamientos humanos.

    Aunque el tema central de este informe es la adaptación al cambio climático, es importante señalar que su mitigación es también un elemento esencial para una adaptación exitosa. Como muestra el Cuadro 1.1, el mundo está avanzando rápidamente hacia un mañana más cálido, lo que hace necesario unos esfuerzos de mitigación considerables. Los gobiernos deben actuar juntos para reducir de manera rápida y eficaz las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero. Sin tales esfuerzos para reducir estas emisiones, algunos objetivos de adaptación estarán fuera de nuestro alcance a medida que los impactos aumenten con cada grado de temperatura adicional. Mantener los esfuerzos de adaptación dentro de un límite factible a través de la mitigación es por tanto un punto de referencia indispensable para que los países tengan éxito en su toma de decisiones de adaptación.

    La toma de decisiones de adaptación

    En los países en vías de desarrollo, que son los que probablemente se lleven la peor parte de los impactos, el desafío del cambio climático se suaviza de alguna manera por el hecho de que, en muchos casos, las prioridades de adaptación y desarrollo están bien alineadas. Una forma de ver la relación entre adaptación y desarrollo es imaginar que existen en el mismo proceso continuo.12Por un lado, las actividades de desarrollo tradicionales que no guardan una relación directa con el clima pueden seguir reduciendo la vulnerabilidad y el cambio climático. Por ejemplo, una estrategia de desarrollo que aumente los ingresos de las comunidades pobres también aumenta la resiliencia y permite a los individuos responder a los cambios climáticos más fácilmente.

    Por otro lado, algunas actividades responden directamente a los efectos del cambio climático y tienen muy poco que ver con el desarrollo. Un ejemplo sería la construcción de un dique marítimo de contención para protegerse ante la subida del nivel del mar. Muchos otros ejemplos están en medio de estos dos extremos, en un punto en el que los planes o actividades de desarrollo tendrán que incorporar los riesgos climáticos y la vulnerabilidad de los afectados.

    Además, algunos países y comunidades en vías de desarrollo ya están empezando a integrar los riesgos climáticos tanto a corto como a largo plazo en el desarrollo nacional y en la planificación y creación de políticas para los diferentes sectores.

    Sin embargo, mientras que los impactos del cambio climático ya están aquí, la toma de decisiones de adaptación todavía está en pañales. Los estudios de caso de este informe muestran ejemplos tempranos de la integración de los riesgos climáticos en las políticas y prácticas, así como las lecciones que hemos aprendido hasta el momento (véase la Tabla 1.1). Bangladesh, por ejemplo, ha comenzado con cierto éxito a centrarse en la preparación ante los desastres en lugar de sólo en su mitigación, y lo ha hecho mediante el desarrollo de sistemas de alarma pioneros y programas de educación. Mongolia ha establecido un sistema de compensación innovador para los agricultores gracias a los seguros ganaderos basados en índices, que proporcionan una amortiguación financiera frente a los fenómenos extremos. Vietnam y China han emprendido iniciativas para restaurar paisajes naturales y poder así combatir las inundaciones provocadas por el cambio climático. Los gobiernos de Malí, Namibia e Indonesia han desarrollado sistemas para mejorar el intercambio de información relevante para la toma de decisiones entre los gobiernos nacionales y las comunidades locales que se enfrentan a cambios en los patrones meteorológicos estacionales.

    1

    El cambio climático definirá el futuro de las comunidades del mundo entero.

    La forma en que los gobiernos tomen estas decisiones es crucial para el bienestar tanto de nuestra generación como de las venideras.


     La toma de decisiones de adaptación: Nuestra estrategia

    Esta edición de Recursos Mundiales se centra en cómo los gobiernos nacionales, especialmente los de aquellos países en vías de desarrollo, pueden adaptarse al cambio climático integrando los riesgos climáticos en sus prácticas actuales en un esfuerzo por aumentar la resiliencia de sus comunidades y ecosistemas. Las políticas y planes nacionales, principalmente aquellas relacionadas con el desarrollo, deben ser capaces tanto de anticipar los riesgos a corto y largo plazo que supone el cambio climático como de responder a ellos. Las decisiones que tomen los gobiernos para controlar estos riesgos tendrán consecuencias permanentes para el futuro de sus países.

    Cinco elementos claves para una toma de decisiones eficaz

    A tal efecto, dedicamos la mayor parte de este informe a la discusión de cinco elementos clave que han resultado de nuestra investigación y que pueden ser de gran utilidad a la hora de tomar decisiones en un clima cambiante: Participación ciudadana, información relevante para las decisiones, diseño institucional, herramientas para la planificación y creación de políticas y recursos, incluidos los recursos humanos, financieros, sociales y ecológicos.

    Como muestra la Figura 1.1, este informe está organizado en torno a estos cinco elementos clave, que reforzarán la capacidad de los gobiernos nacionales para llevar a cabo planes de adaptación y políticas eficaces. Los fundamentos lógicos que sustentan estos elementos están recogidos en esta edición de Recursos Mundiales.

    7

    Participación ciudadana

    Involucrar a la población es la base para la toma de decisiones en un clima cambiante. Un entendimiento de los riesgos y soluciones por parte de la población es esencial para las decisiones difíciles a nivel nacional en cuanto a inversiones y prioridades. La participación de la población también puede ayudar a definir las necesidades de adaptación, conseguir mejores resultados, y, dado que los recursos humanos y financieros son limitados, a informar a la población de cómo los gobiernos deciden entre diversas prioridades y definen los niveles de riesgo aceptables. En el ámbito local, la implicación de la sociedad en los procesos de planificación y creación de políticas y en la implementación y seguimiento de las iniciativas es fundamental para unos resultados positivos, ya que la falta de participación puede conducir al fracaso de inversiones costosas.

    Información relevante para las decisiones

    Una información útil es la base de una toma de decisiones eficaz, especialmente en lo que respecta a la adaptación al cambio climático, dada la incertidumbre que rodea a los impactos futuros. Nosotros sostenemos que los gobiernos deben centrarse por igual en qué tipo de información es necesaria y en cómo esta información debe recopilarse, transformarse en un formato adecuado y distribuirse entre aquellos que la necesiten. La información necesaria para la planificación y desarrollo de políticas va mucho más allá de la información meteorológica o climática. Para identificar y proteger a las poblaciones y ecosistemas más vulnerables, los gobiernos deben combinar los datos climáticos con información demográfica, económica, social y medioambiental.

    Diseño institucional

    Los impactos climáticos llegarán a la totalidad de la sociedad y a todos los aspectos políticos, y el diseño de las instituciones gubernamentales debería reflejar esta realidad. La coordinación entre los organismos nacionales del gobierno y otros grupos de interés e instituciones a escala local, subnacional y regional será un requisito indispensable para el éxito de los esfuerzos de adaptación. En muchos países, esto hará necesario un cambio en la conciencia y en la ordenación institucional, ya que actualmente la planificación de los riesgos que presenta el cambio climático está frecuentemente dividida entre diferentes ministerios y carece de una autoridad coordinadora. Como planteamos en el Capítulo 5, los individuos e instituciones que lideran los principales esfuerzos de adaptación pueden determinar la efectividad de las intervenciones. Además, se pueden reformar las comisiones institucionales para lidiar mejor con los diferentes tipos de riesgos climáticos, por ejemplo con la creación de unos objetivos a largo plazo que sean los más adecuados al margen de tiempo de los impactos climáticos.

    Herramientas para la planificación y creación de políticas

    Tanto las herramientas más comunes, tales como las valoraciones de impactos medioambientales y los análisis de coste-beneficio, como las más novedosas, por ejemplo las estrategias de planificación de escenarios, pueden jugar un papel crucial a la hora de ayudar a los directivos públicos a atravesar las dificultades de la toma de decisiones en un clima cambiante. Estas herramientas pueden emplearse, por ejemplo, para evaluar los riesgos y la vulnerabilidad y decidir entre opciones políticas. Otras herramientas ya existentes, como la cartografía, pueden modificarse integrando los riesgos climáticos y la vulnerabilidad en su utilización, para que sirvan a los fines de planificación y desarrollo de políticas de adaptación.

    Recursos

    Para hacer que las sociedades y los ecosistemas sean resilientes al clima, se requerirán recursos financieros, humanos, ecológicos y sociales a gran escala. Tanto los gobiernos como los donantes tendrán que hacer inversiones a largo plazo que sean consecuentes con la extensa duración de los impactos climáticos previstos. Los países en vías de desarrollo necesitan urgentemente disponer de un conocimiento y unas habilidades técnicas por parte de los directivos de sus gobiernos para llevar a cabo, controlar y reforzar los planes de adaptación, políticas e iniciativas. La toma de decisiones de adaptación debería también valorar la protección y la gestión sostenible de los ecosistemas, tales como bosques y humedales, ya que estos pueden proteger a la población ante los peligros relacionados con el clima, además de proporcionar sustento.

    Por ultimo, los gobiernos nacionales deberían ser proactivos a la hora de desarrollar recursos sociales, como por ejemplo, recursos que permitan a las comunidades actuar colectivamente, combatir las condiciones adversas y mostrar reciprocidad y apoyo mutuo en tiempos de crisis. Estos recursos pueden tener un papel crucial a la hora de construir la capacidad de adaptación de los grupos y poblaciones vulnerables.

    1

    Sobre este informe

    La Figura 1.1 refleja la organización de esta edición de Recursos Mundiales. El Capítulo 2 describe los tres tipos de cambios asociados a un clima cambiante e identifica las características clave de una toma de decisiones de adaptación eficaz: ágil, preventiva, flexible, duradera y sólida. El capítulo finaliza destacando la importancia de la vulnerabilidad a la hora de determinar los resultados sobre el terreno, un factor crucial que los responsables de planificar y desarrollar las políticas tienen que tener muy en cuenta a la hora de tomar decisiones en cuanto al cambio climático.

    Desde el capítulo 3 hasta el 7 se describen en detalle los cinco elementos claves que, a nuestro parecer, pueden ser útiles para que los responsables de planificar y desarrollar las políticas tomen decisiones más eficaces. Por ultimo, el Capítulo 8 presenta nuestras conclusiones y recomendaciones.

    La estrategia de los gobiernos nacionales

    Recursos Mundiales se centra en cómo se pueden integrar los riesgos que plantea el cambio climático en los planes y políticas de los gobiernos nacionales, especialmente en aquellos países en vías de desarrollo. Mientras que los gobiernos trabajen conjuntamente, y los resultados gubernamentales estén influenciados por otros factores y fuerzas, elegimos esta estrategia por los siguientes motivos:

    – Los gobiernos nacionales tienen un papel clave a la hora de propiciar las condiciones adecuadas y el apoyo en los esfuerzos de adaptación en el ámbito local.

    – Las políticas nacionales definen las prioridades de los organismos sectoriales y proporcionan información para las estrategias subnacionales.

    Muchas estrategias de desarrollo y de reducción de la pobreza también se llevan a cabo en el ámbito nacional.13

    – Los gobiernos crean unas condiciones que favorecen la intervención de las organizaciones de la sociedad civil, los científicos y las empresas en los procesos de toma de decisiones.

    – Una parte importante de la financiación de la adaptación será para los gobiernos de los países en vías de desarrollo, que establecerán las prioridades para el gasto. Lo ideal sería que contaran con el asesoramiento de los grupos de interés.14

    Esta edición de Recursos Mundiales se centra en los países en vías de desarrollo, ya que son los más vulnerables y probablemente sufran los peores impactos del cambio climático. Sin embargo, muchas de nuestras conclusiones se pueden aplicar también a los países desarrollados. En esta investigación, también nos hemos basado en las experiencias de los países desarrollados, dado que pueden repetirse en los países en vías de desarrollo.

    La estrategia basada en los sectores

    El cambio climático afecta a diversos ámbitos políticos, que van desde la energía, la agricultura, la explotación forestal, el agua y el transporte (véase la Tabla 1.2) pasando por las políticas de gestión de bienes, desarrollo, crecimiento económico, preparación para emergencias y seguridad. La naturaleza global de la respuesta que debemos dar se debe en parte al gran alcance de los impactos del cambio climático, así como a la incertidumbre que los rodea, y requiere una planificación compleja y una toma de decisiones tanto a corto como a largo plazo.

    Aunque las decisiones que afectan a todos los sectores, como las relativas a los impuestos, el comercio y las políticas fiscales, tendrán una importancia vital a la hora de conformar la capacidad de adaptación al cambio climático de las comunidades, este informe y su investigación se centran sobre todo en los procesos de planificación y desarrollo de políticas de cada sector.15 Los objetivos nacionales se pondrán en funcionamiento a escala sectorial, lo que los convierte en un punto de partida esencial para la adaptación.16 Otro elemento clave de nuestra investigación está constituido por los 12 estudios de caso llevados a cabo en países en vías de desarrollo, que ejemplifican procesos políticos importantes en los sectores más sensibles al cambio climático: agricultura, gestión del agua, explotación forestal y uso de la tierra, gestión de las zonas costeras y generación de energía eléctrica. Muchos de los países objeto de estudio dividen las responsabilidades del gobierno y planifican a escala sectorial.

    La estrategia de las políticas y planes

    Este informe se centra en cómo se pueden integrar los riesgos que plantea el cambio climático en la toma de decisiones gubernamentales, especialmente en las políticas y planes. La diferencia entre una política y un plan es que la primera establece las estrategias para conseguir determinados objetivos, mientas que el segundo presenta las decisiones que ya se han tomado y las acciones que ya se han emprendido para llevar a cabo las políticas.17 El ciclo normal de creación de políticas y planificación se ha modificado para incluir los procesos de planificación y desarrollo de políticas de adaptación. Por ejemplo, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos ha identificado los siguientes pasos clave: la identificación de la vulnerabilidad, el riesgo y los cambios presentes y futuros; el desarrollo de una estrategia que incluya la identificación de oportunidades y los

    co-beneficios entre los sectores; la implementación, el seguimiento y la evaluación.

    Los funcionarios también deberían adoptar estrategias iterativas en cuanto a las políticas y al desarrollo de planes. Esto es fundamental, puesto que el conocimiento sobre los riesgos, la vulnerabilidad y las prioridades cambiará con el tiempo. También se requerirán ajustes en las políticas, de acuerdo con la nueva información, los desarrollos científicos, el seguimiento y evaluación de estrategias y otros procesos políticos (por ejemplo, los relacionados con la mitigación).18

    Por consiguiente, las acciones descritas anteriormente se deben llevar a cabo con regularidad, para reflejar la naturaleza permanente y cambiante de los riesgos que presenta el cambio climático.

    Limitaciones

    Este informe describe las medidas que han adoptado los países para combatir los riesgos del cambio climático. Sin embargo, no funciona como una valoración global de las opciones de adaptación ante cualquier tipo de riesgo climático. Tampoco incluye una evaluación, como lo hacen por ejemplo los análisis de coste-beneficio, de diversas intervenciones, un ejercicio que se ha llevado a cabo en muchos otros estudios.19

    Somos conscientes de que algunas de las conclusiones resultantes de nuestra investigación pertenecen a un contexto específico y que existen límites en la amplitud de las soluciones presentadas. También somos conscientes de los límites de nuestros objetivos en el ámbito nacional. En algunos casos, la gestión de los riesgos climáticos requerirá medidas diferentes o adicionales más allá de la integración de los riesgos en las prácticas nacionales en curso. Pese a que los gobiernos nacionales pueden actuar como puente, los gobiernos locales dirigen y llevan a cabo muchas de las actividades de adaptación. Además, algunos gobiernos nacionales reparten el poder entre unos pocos, y fracasan a la hora de implicar a la sociedad civil en la toma de decisiones. Algunas identidades específicas, como las étnicas, religiosas y lingüísticas varían entre los diferentes países. Una estrategia única para los procesos de toma de decisiones en el ámbito nacional puede conducir al fracaso de la adaptación en algunos países, al pasar por alto ciertos impactos climáticos y aumentar la desprotección y la vulnerabilidad.20 Además, la escala nacional podría no ser adecuada para gestionar los recursos transnacionales. Por ejemplo, los ecosistemas no siempre se encuentran dentro de un solo país. Por otra parte, las estrategias sectoriales no deberían restar importancia a la necesidad de liderazgos de alto nivel por parte de los ministerios de finanzas y economía, lo cual discutiremos en profundidad en el Capítulo 5.

    Muchas de las conclusiones se han extraído principalmente de la investigación llevada a cabo para este informe en concreto. Los ejemplos comprobados de lo que funciona son pocos y distantes entre sí, y el seguimiento y evaluación de los resultados es a menudo pobre.21 Las lecciones que se extraen de nuestros estudios pueden corresponder a casos concretos. Así mismo, los capítulos 3 a 7 no están destinados a tratar de manera global la participación ciudadana y el resto de elementos, sino a destacar las lecciones, ejemplos y opciones útiles que resultan de nuestra investigación.

    Para complementar esta investigación, se evaluó la información sobre la gestión pública,22 la incertidumbre,23 las capacidades y los principios para la toma de decisiones de adaptación,24 la gestión de riesgos y las herramientas para resolver problemas complejos. Nosotros construimos en base a esta información, con la esperanza de hacerla más accesible y concreta para los responsables de la planificación y el desarrollo de políticas, destacando ejemplos detallados de cómo poner en práctica determinados elementos para una toma de decisiones más eficaz.

    Esperamos con este informe proporcionar una visión que mejore la capacidad de adaptación al cambio climático de los gobiernos.

    1

    El cambio climático definirá el futuro de las comunidades del mundo entero.

    La forma en que los gobiernos tomen estas decisiones es crucial para el bienestar tanto de nuestra generación como de las venideras.

    INDICE y PRESENTACIÓN


    Edición en Amazón Kindle Digital
    https://www.amazon.es/dp/B0075X3BGA/

    Edición en Bubok Impreso papel
    https://www.bubok.es/libros/217732/Recursos-mundiales-Adaptacion-en-marcha-Tomando-decisiones-en-el-cambio-climatico

    INFORME Recursos mundiales: Adaptación en marcha (Spanish Edition) (Spanish) Paperback – April 6, 2021
    Edición en AMAZÓN Impreso papel

    https://www.amazon.com/dp/8493217662/

    Enlace permanente |
     
Anuncios
c
compose new post
j
next post/next comment
k
previous post/previous comment
r
reply
e
edit
o
show/hide comments
t
go to top
l
go to login
h
show/hide help
shift + esc
cancel

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Anuncios