MONTAJE Y ENCERRONA DIFAMATORIA  EN LA PISCINA CUBIERTA

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Un Hombre de buena percha y parecido a una estrella del cine, nada como todas las semanas haciendo largos de buceo y brazadas en la zona que cubre menos.

 

Siempre la misma rutina: Nada cuatro largos y en pie hace brazadas frente al borde de la parte estrecha del rectángulo, casi siempre en la esquina.

 

Los socorristas llevan viéndole meses y meses, algunos años y años por temporadas; desde que abrieron el lugar dos décadas antes.

 

Una vez al parar a hacer brazos, vio que ya casi no había nadie en el lugar; le pareció una maravilla.

EL MOMENTO 

 

Una intuición le entró como sable de metal frío por la espalda:  

El hombre, apoyado en la equina de las brazadas ve que al otro lado está un señor que parece ser el padre de una chica con la que coinciden en el camino varias veces. Son aficionados al Heavy metal por las camisetas que llevan, igual que nuestro hombre.

 

Al tiempo observa que su hijita lleva mucho rato en la piscina contigua más pequeña y menos profunda; siempre le queda enfrente cuando hace las brazadas contra el borde.

El socorrista lo sabe y permanece en su puesto con sólo nuestro hombre como nadador en la piscina grande y la chica en la pequeña: distancia entre los dos unos cuatro metros.

 

“Algo pasa aquí”, piensa. … El hombre reanuda la natación y las brazadas. Unos largos después en el descanso de su esquina ve que todo sigue igual: Nadie se ha movido de sus posiciones. Nadie ha entrado nuevo en la piscina. Mira a la chica y ve que está donde estaba hace un rato y más como pensativa en el agua moviendo sus brazos con suavidad.

Vuelve la mirada al socorrista y al padre, al padre y al socorrista: Le llega el soplo de un chirriar de dientes: Como que en su mente han confirmado algo que les da rabia, y por lo que se ve también satisfacción.

 

Si era una encerrona diseñada y preparada: en el panel de cámaras del lugar lo estaban observando todo desde las oficinas.  REDACCIÓN Malicia y Traición /Vulgonazis

 

NOTA DE COLOR El hombre además debe de caer mal, expectora mucho sin darse cuenta. Al nadar está limpiando los efectos adversos casi sistémicos de una mala práctica médica favorecida por difamaciones de personas que delinquieron en su entorno.

Y para más clavos, años después,  nueve policías cometieron supuesto delito por error en su presencia y al descubrir su profesión se lanzaron a una campaña difamatoria y torticera para anual al que, por lo que se ve, les podría llevar a la cárcel y expulsar del cuerpo.

Esta encerrona en piscina cubierta fue un punto de inflexión para reclutar apoyos activos entre ciudadanos en una campaña de mensajería, chismorreo  de marcaje difamatorio y trampas que se salió de madre con la pandemia. FUE UNA CACERÍA VULGO  CIUDADANA  

 

DOSIER TRAMPAS .COM 

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