ESTRENOS DE CINE «Comuneros», la rebelión castellana que se anticipó a la Revolución Francesa
«Los comuneros han sido punto de referencia e inspiración para todas las luchas democráticas y por las libertades en este país desde hace 200 años»
Magdalena Tsanis
Madrid. Dos siglos y medio antes de que la Revolución Francesa abriera las puertas de la Edad Contemporánea y sentara las bases del Estado de derecho, una serie de revueltas contra Carlos I en el Reino de Castilla se anticipó en la defensa del bien común y la limitación del poder del monarca.
El documental «Comuneros», que llega a los cines el próximo viernes, reivindica el calado y el legado de los acontecimientos revolucionarios acaecidos en el Reino de Castilla entre 1520 y 1522 al hilo de su quinto centenario.
«Los comuneros han sido punto de referencia e inspiración para todas las luchas democráticas y por las libertades en este país desde hace 200 años», ha asegurado a Efe su director, Pablo García Sanz (Valladolid, 1985), en referencia a los liberales del siglo XIX, a los republicanos del XX y a los artífices de la Transición.
En Castilla y León el mito de los comuneros fue utilizado durante el periodo de construcción del Estado de las autonomías para «generar identidad y sentido de comunidad» en ese territorio, pero en el resto de España su legado ha quedado algo difuminado.
«Los nombres de sus artífices, Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado, están presentes en las calles y en el Congreso de los Diputados pero sorprende que no se conozca más su historia», dice García Sanz.
Dieciocho historiadores nacionales e internacionales han participado en el documental, entre ellos José Álvarez Junco, Geoffrey Parker, Maribel del Val, Luis Ribot o Enrique Berzal. Varios de ellos coinciden en señalar las revueltas de las comunidades de Castilla como «la primera revolución moderna de la historia».
Claudia Möller, de la Universidad de Valladolid y experta en el periodo de Carlos I, la equipara en importancia a la Revolución Francesa, solo que los comuneros fracasaron y fueron ajusticiados tras la derrota de Villalar del 23 de abril de 1521.
El documental sostiene que esa idea de fracaso es relativa dada la influencia que tuvieron en movilizaciones posteriores y hace hincapié en que fueron los primeros en abrir el debate sobre la limitación del poder real y algo parecido a un «poder constituyente» que plasmaron por escrito en la Ley Perpetua.
El acceso al trono en 1516 de Carlos I -un Habsburgo nacido en Flandes que apenas hablaba español y no conocía el territorio- fue controvertido desde un principio, sumado al malestar por la llegada de extranjeros a la Corte y por casos de corrupción en ventas de terrenos y esclavos y en nombramientos.
Pero la gota que colmó el vaso fue la convocatoria por parte del rey de las Cortes de Santiago y Coruña para conseguir fondos que sufragaran su acceso a la corona imperial germana tras la muerte de Maximiliano I, una decisión que comprometía las finanzas castellanas.
El rey se fue a Alemania y dejó como regente al papa Adriano de Utrecht, quien le advirtió del peligro de levantamiento si se marchaba, pero Carlos I hizo caso omiso.
Rodado en más de 20 localidades castellanas, el documental utiliza animaciones para recrear los episodios históricos más destacados, como la quema de Medina del Campo por parte de las tropas realistas que contribuyó a propagar la sublevación a otras ciudades o la batalla de Villalar.
La narración histórica se intercala con fragmentos del romance «Los Comuneros» (1972), de Luis López Álvarez, leídos por la actriz Sara Rivero y el trabajo lírico y musical de Carlos Herrero y Héctor Castrillejo, del grupo palentino El Naán.
Para Pablo García, el documental es también una invitación a no olvidar el legado cultural y patrimonial de Castilla, esa tierra hoy «pobre y despoblada» que una vez fue «el centro del mundo». EFE