ANÁLISIS Sánchez está acertando en la apuesta por la conciliación y concordia
PRESIDENTE, ¡SÉ VALIENTE! Nunca valoraremos con justicia lo que está haciendo Sánchez en Cataluña. Por IGNACIO ALONSO, analista
Soy de los que creo que Sánchez está acertando en la apuesta por la conciliación y concordia para la resolución del conflicto catalán que tuvo su máxima tensión en octubre de 2017.
No olvidemos que se produjeron enfrentamientos violentos y que desde algunos sectores se reclamaba la intervención del ejército. Pocas bromas.
Discutir, si. Pelear, No. Acordar, si. Enfrentar no. La paz, si. La guerra, nunca. Y por eso prefiero la Democracia frente a la Dictadura.
Los votos sirven para dar soluciones a cuestiones que muchas son complicadas y las armas sólo imponen. ¿Vencer o convencer?
Sánchez, en la pasada legislatura, utilizó los indultos como una de las medidas para mejorar la convivencia en Cataluña. No estaba obligado. Fue una decisión valiente y personal que fue ratificada por la sociedad catalana en las urnas: el PSC fue la candidatura más votada. Convenció.
Los votos son las armas políticas en un sistema democrático. Los partidos independentistas catalanes plantean una Anmistía.
Sánchez está dispuesto a alcanzar acuerdos que encajen en la Constitución.
Cada ciudadano puede compartir o rebatir esos acuerdos, pero es democracia. ¿Está obligado a alcanzar un acuerdo?
De la necesidad, virtud. Mejor un mal acuerdo que un pleito.
El candidato Sánchez necesita los votos los partidos independentistas y estos necesitan a Sánchez para iniciar un nuevo tiempo de concordia en su tierra y de “encaje territorial” en el estado democrático español.
Soy optimista. Habrá investidura.
Se llegarán acuerdos que permitan eliminar los procesos judiciales y encauzarlos en el ámbito político. ¿Se llamará amnistía?
España no se romperá. Seguiremos llorando y riendo, soñando y sufriendo, amando y penando. La paz y la convivencia solo se echan de menos cuando se pierden. Me sobrecogen los acontecimientos de Ucrania y Rusia o los de Israel y Gaza.
Por IGNACIO ALONSO, analista