Y si diagnósticos erróneos están detrás también de algunos casos ‘de éxito’ en estadísticas de medicamentos y tratamientos para dolencias físicas
Hablar mucho de algunas enfermedades conocidas estimula el diagnóstico erróneo por razones comerciales
Administración pública y judicial debería incrementar investigaciones para descartar casos de corrupción
Sube la tasa de supervivencia por la acción de nuevos medicamentos. Ésta es una información destacada cada vez más cuando se tratan algunas de las enfermedades de las que se habla de forma permanente en medios, y en promociones médicas, y que genera mucho gasto en su intento de cura.
Una de las formas de conseguir estadísticas ‘de éxito’ de nuevos usos de medicinas, nuevas formulaciones y tratamientos es diagnosticar y recetar a alguien que no lo tiene o no es seguro que lo tenga y el ‘caso de éxito’ está asegurado, dejando de lado efectos negativos, adversos y secundarios.
SI SALE MAL, AL SICÓLOGO
Personas cándidas, mayores, sin estudios, solas, confiadas, muy preocupadas sin razón científica para ello, pasotas… son individuos vulnerables a la corrupción médica y de comercializadores de medicinas y tratamientos.
Si algo sale mal, mandar al perjudicado o perjudicada al sicólogo, en su ignorancia de ser víctima, le condena a no ser creíble si llega a sospechar.
Los hechos demuestran que el lucrativo mundo de la sanidad, que tanto gasto genera, no está exento del mal de la corrupción. Administración pública y judicial debería incrementar investigaciones para descartar casos de corrupción y no sólo si hay denuncia solvente y con pruebas de perjudicados.
SIN RIESGOS HAY MÁS DELITOS
Análisis paralelos y pruebas de ADN de las muestras de pacientes usadas para el diagnóstico deben ser hechas de forma aleatoria por prevención. Comprobar que la muestra es del individuo tratado y que exite el mal diagnosticado.
No hay que olvidar que el médico recibe un papel con el resultado, él no hace el análisis, con lo que el acto corrupto comercial puede venir, en su caso, de fuera.
El delito se lleva a cabo si no hay riesgo de que te pillen. El que exista un cuerpo de investigación para casos de corrupción médica se hace imprescindible. Los médicos son héroes, su trabajo es y debe ser vocacional. Pero no todo el que lleva bata blanca está exento de caer en la corrupción y el delito. Y en su caso: no se entera nadie.
Doctores con experiencia ya no se creen las estadísticas de los laboratorios y se caen de las listas de ‘tarugos’ que manejan los visitadores médicos y vendedores.
CORRUPCIÓN EN EL SISTEMA DEL BIENESTAR
El tarugo es el regalo que se da o daba por recetar una medicina de una marca o otra y da nombre al sanitario corrupto. Las marcas blancas de medicinas fue una de las respuestas a esta situación en la estrategia de la Administración para reducir incremento escesivo de gasto.
Hablar mucho de algunas enfermedades conocidas estimula el diagnóstico erróneo y corrupto porque el paciente ya te viene predispuesto a oírlo. Hay que investigar.
El conocimiento personal entre médico y paciente, que vivan en el mismo barrio o población reduce la probabilidad de corrupción.
En una nación desarrollada, con alimentos asegurados, agua potable, saneamientos y recogida de basuras, es raro que tanta gente esté hablando de dolencias que sufren de forma cotidiana.
No puede ser que tengamos más porcentaje de enfermedades ahora que antes. Raro, muy raro. Es como si se aplicaran ciertos métodos y estrategias comerciales de productos de limpieza y otros a medicamentos. V. LOEWEN/ REDACCIÓN
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