BOMBILLAS

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HECHOS

Una bombilla de 100 vatios consume, normalmente, 75 veces más energía que un tubo fluorescente. Aunque las bombillas de bajo consumo son más caras, el ahorro de energía consiguiente se reflejará en el recibo de la luz. Una bombilla de bajo consumo dura casi como ocho de las normales y gasta el 80% menos de energía. El 95% de la electricidad que utilizan las bombillas corrientes se transforma más en calor que en luz. La duración de una bombilla de bajo consumo depende del uso que se le dé, pero por lo general, el ahorro es evidente al cabo de dos años.

En EE.UU., la energía consumida para el alumbrado representa un 20% del total de energía consumida. 10.000 millones de los 25.000 millones de tomas de corriente podrían funcionar con bombillas de bajo consumo ahorrando unos 300.000 millones de dólares al año. Japón es un país líder en el desarrollo de sistemas de máxima eficiencia.

REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR

La corriente continua de bajo voltaje da una luz brillante con muy poco consumo de electricidad. Se pueden adquirir bombillas fluorescentes, incandescentes y halógenas. Estas últimas son las más eficientes y producen una luz blanca y brillante. Una bombilla halógena de 10 vatios y 12 voltios da una luz equivalente a la producida por una lámpara incandescente de 40 vatios y 240 voltios.

Apague las luces que no necesite. Empiece sustituyendo las bombillas que están encendidas durante más de tres horas al día. Las bombillas halógenas, de larga duración, dan una luz mucho más suave que algunos fluorescentes. Busque siempre una luz de bajo consumo energético. Limpie de vez en cuando las bombillas; el polvo reduce su rendimiento.

Las bombillas no se pueden reciclar. Los fluorescentes compactos contienen pequeñas cantidades de mercurio, pero con un uso normal esto no debe representar ningún peligro. A menos que tenga un servicio especial de recogida de materias peligrosas, las bombillas viejas deben terminar en el cubo de la basura. En EE.UU. se prohíbe tirar los tubos fluorescentes y las lámparas de alta intensidad a los vertederos o incineradoras, debido a su contenido en mercurio. Los programas de recuperación hacen mucho hincapié en la reutilización del mercurio y otros materiales. Muchas instalaciones antiguas, especialmente aquellas que no se han cambiado durante años, contienen elementos tóxicos. Si usted piensa cambiar alguna de las luces de casa, recabe el consejo de un profesional que le dirá qué hacer con las viejas instalaciones. Otra alternativa es pedir información en la Concejalía de Medio Ambiente de su localidad.

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